Bicampeonas del mundo: México ya tiene su legado en flag football

Fulana de Tal by Fernanda Sainz

Es experta en marketing deportivo y digital, con más de 20 años de experiencia liderando marcas como Red Bull, Pokerstars y Caliente.mx. Fundadora de Fulana de Tal, impulsa una comunicación con perspectiva de género y estrategias disruptivas en la industria del entretenimiento.

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Fulana de Tal by Fernanda Sainz

Es experta en marketing deportivo y digital, con más de 20 años de experiencia liderando marcas como Red Bull, Pokerstars y Caliente.mx. Fundadora de Fulana de Tal, impulsa una comunicación con perspectiva de género y estrategias disruptivas en la industria del entretenimiento.

En la edición 2025 de los Juegos Mundiales en Chengdú, China, la Selección Femenil Mexicana de flag football revalidó su supremacía: venció a Estados Unidos 26-21 en una final dramática, asegurando el bicampeonato tras su oro en Birmingham, Inglaterra 2022. Con un marcador tan apretado como emocionante, el pase decisivo de Diana Flores a Victoria Chávez, con solo un segundo en el reloj, selló la victoria más épica del torneo.

Este triunfo no fue casualidad, sino la culminación de años de trabajo, esfuerzo y una trayectoria que merece ser celebrada con la visibilidad que aún escasea. Desde las ligas de barrio y las escuelas —donde muchas jugadoras comenzaron entrenando en canchas improvisadas— hasta protagonizar comerciales en el Super Bowl, Diana Flores se ha convertido en símbolo de rendimiento, pasión y perseverancia.

Figuras como Allison Salazar, que brilló defensivamente con intercepciones clave, Tania Rincón y Mónica Rangel, fundamentales en la ofensiva, y la capitana Silvia Contreras, referente incuestionable del equipo, muestran que este éxito es colectivo. Es la victoria de un grupo que ha roto estereotipos, enfrentado carencias y que hoy levanta el nombre de México en lo más alto del mundo.

Este bicampeonato nos deja una lección poderosa: el talento de estas jugadoras no necesita demostrar nada más, lo que necesita es cancha, visibilidad y apoyo constante. No podemos seguir celebrando solo cuando levantan la copa; debemos acompañarlas en el proceso, invertir en su desarrollo y contar sus historias con la misma pasión con la que se cuentan otros sucesos deportivos. Porque cada pase, cada intercepción y cada touchdown llevan detrás años de esmero y sueños que merecen más que un aplauso momentáneo.

Ellas ya rompieron barreras, conquistaron al mundo y pusieron en alto el nombre de México, ahora, nos toca a nosotros corresponder con hechos: mayor difusión, instituciones que las impulsen y una afición que las acompañe en cada jugada.

El futuro ya está aquí y viste de verde, blanco y rojo; y si algo nos enseñó la selección femenil de flag football es que cuando las mujeres pisan la cancha, el deporte no solo brilla: se transforma.


¡Abramos cancha!