El Congreso de la Ciudad de México aprobó una reforma al Código Civil local que garantiza a los hijos adoptados el mismo derecho a heredar que los biológicos, poniendo fin a la figura discriminatoria de los llamados “hijos a medias”.
La modificación implicó ajustes al artículo 1612 y la derogación del 1613, con lo cual se elimina cualquier rezago legal vinculado a la extinta adopción simple. La iniciativa fue impulsada por la diputada del PAN Frida Jimena Guillén Ortiz, quien destacó la importancia de erradicar desigualdades en derechos fundamentales.

Durante la sesión, el diputado Mario Enrique Sánchez Flores (PAN) aseguró que se trata de “un paso firme hacia la consolidación de un marco legal más justo, más humano y más acorde con los principios constitucionales de igualdad y no discriminación”. Explicó que la adopción simple, aunque ya había sido eliminada en 2011, seguía mencionada en algunas disposiciones, lo que dejaba en desventaja a los menores adoptados al no reconocerles vínculos sucesorios con la familia del adoptante.

Por su parte, la diputada Guillén Ortiz subrayó que este modelo era injusto porque “priorizaba lo que querían los padres adoptivos sobre la protección de los menores”, situación que vulneraba directamente los derechos de los niños en casos de herencia.
Con esta reforma, la capital armoniza su legislación con tratados internacionales como la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención de La Haya sobre Adopción Internacional, consolidando un marco jurídico que reconoce la igualdad plena entre hijos biológicos y adoptados.





