Claudia Sheinbaum encabezó la noche del 15 de septiembre su primer Grito de Independencia como Presidenta de México desde el balcón central de Palacio Nacional. Además de sus arengas, el atuendo que portó llamó la atención por su fuerte carga simbólica: un vestido artesanal bordado a mano que resaltó la tradición textil mexicana y envió un mensaje de inclusión y feminismo.

El vestido artesanal de Sheinbaum
La prenda fue elaborada con bordado nahua de San Isidro Buen Suceso, Tlaxcala, realizado por la artesana Virginia Verónica Arce Arce, quien cuenta con más de 25 años de experiencia en este oficio.
El diseño corrió a cargo de Thelma Islas Lagunas y Crystel Martínez Torre, mientras que la confección estuvo en manos de Rocío Castro Cruz.
El vestido, de color morado, incluyó una falda plisada de satín y bordados tradicionales en la parte superior. El tono elegido no fue casual: representa dignidad, igualdad y es reconocido como emblema del movimiento feminista.
Claudia Sheinbaum optó por un peinado recogido en un chongo sencillo, que permitió resaltar la joyería tradicional mexicana que portaba. El estilo sobrio estuvo en armonía con la identidad nacional y la solemnidad de la ceremonia, además de enfocar la atención en el vestido artesanal que lució la mandataria.

Símbolos que acompañaron la ceremonia
Además del vestido, Sheinbaum portó la banda presidencial, confeccionada por mujeres del Ejército mexicano con el escudo nacional bordado, lo que aportó solemnidad al acto.

Este fue el primer Grito que la mandataria dirigió como Jefa de Estado, lo que dotó de mayor relevancia tanto a la ceremonia como a los elementos culturales y sociales presentes en su vestimenta.




