En México no tomamos agua, tomamos refresco. Y no lo decimos nosotros: lo dicen los datos del Gobierno federal. De acuerdo con el secretario de Salud, David Kershenobich, un mexicano promedio consume 166 litros de refresco al año, lo cual nos coloca como uno de los países con mayor ingesta de bebidas azucaradas en el mundo.
Ante esto, las autoridades anunciaron nuevos impuestos dentro del Paquete Económico 2026: subirán 3.08 pesos por litro en refrescos, jarabes y polvos. “El objetivo es desincentivar el consumo e invertir lo recaudado en un fondo de salud”, afirmó el secretario de Hacienda, Édgar Amador.
El nuevo impuesto se suma a los sellos negros de advertencia, la salida de las sodas de las escuelas y campañas que no han logrado frenar el consumo. De hecho, siete de cada diez niños y adolescentes beben al menos un refresco al día. “Un solo envase de 600 ml contiene el equivalente a 15 cucharaditas de azúcar”, alertó Kershenobich.

Chiapas: campeón mundial del azúcar embotellado
Pero si de cifras alarmantes hablamos, Chiapas se lleva la corona. Según el Cimsur (Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur), cada habitante consume 821.25 litros de refresco al año. No, no es un error. Es más del quíntuple del promedio nacional.
“Un adulto que consume cuatro botellas de 600 mililitros de refresco de cola, está ingiriendo una cantidad que equivale a 50 cucharadas cafeteras de azúcar”, explica el estudio.
Las consecuencias están a la vista: enfermedades del corazón y diabetes encabezan la lista de causas de muerte en Chiapas, tanto en hombres como en mujeres, de acuerdo con cifras del INEGI de enero a marzo de 2025.

El top 10 de los estados más refresqueros
Chiapas no está solo. Se reportan otros estados con altos consumos de soda:
- Tabasco: más de 300 litros
- Oaxaca: entre 250 y 300 litros
- Veracruz: cerca de 250 litros
- Campeche: de 230 a 270 litros
- Yucatán: alrededor de 220 litros
- Quintana Roo: entre 200 y 230 litros
- Guerrero: 200 litros
- Hidalgo: 190 a 210 litros
- Puebla: 180 a 200 litros
Y mientras el azúcar sigue ganando terreno, las autoridades siguen apelando al bolsillo para frenar una epidemia que parece tener más gas que fin.





