Durante la jornada de movilización convocada por el colectivo Generación Z México, los memes se convirtieron en protagonistas inesperados. Desde temprano, las redes sociales se llenaron de imágenes satíricas, referencias a cultura pop, anime, inteligencia artificial y burlas políticas que rápidamente se viralizaron. La protesta no solo se vivió en las calles: también estalló en los timelines.

Usuarios compartieron memes donde mezclaban frases irónicas con plantillas populares, como “yo marcho para que no me pregunten por qué estudio esto”, o gráficos de One Piece con el texto “ni soy Pin boletos ni soy inteligencia artificial”. La creatividad digital marcó la narrativa en línea del evento.
¿Por qué los memes dominaron la conversación de la marcha?
De acuerdo con especialistas en comportamiento digital, los memes permitieron que la marcha trascendiera a sectores que no estaban directamente involucrados con la movilización. Su tono humorístico generó identificación e interacción, lo que amplificó la visibilidad del movimiento más allá del contingente físico.

Sin embargo, no todo quedó en humor. Desde el gobierno se advirtió que parte del contenido viral pudo ser manipulado. La presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que “esta movilización… está llena de Inteligencia Artificial (IA). Cuentas que no tienen identidad… pura Inteligencia Artificial de manifestaciones.” La declaración abrió un debate inmediato sobre la autenticidad de los memes y la posible intervención de herramientas automatizadas.
Aun así, el humor funcionó como catalizador. Durante horas, la marcha fue tendencia en X, mientras videos y capturas de pantalla con memes acumulaban miles de interacciones. Influencers, streamers y creadores digitales aprovecharon la exposición para comentar —y criticar— la movilización.

En síntesis, la marcha de la Generación Z México no solo generó consignas políticas, sino un catálogo completo de humor digital que definió la conversación pública. Entre ironías, críticas y creatividad, los memes consolidaron una nueva forma de protesta donde la calle y la pantalla pesan casi por igual.







