Claudia Cardinale, una de las actrices más emblemáticas del cine europeo, falleció a los 87 años en Nemours, cerca de París, acompañada por sus hijos, según confirmó su agente. La estrella de “El Gatopardo” y “Érase una vez en el Oeste” deja un legado de 128 trabajos cinematográficos y una vida que rompió moldes dentro y fuera de la pantalla.
Nacida el 15 de abril de 1938 en Túnez, hija de padres sicilianos, creció hablando francés, árabe y dialecto siciliano. Su carrera comenzó tras ganar un concurso de belleza local: “La chica italiana más bella de Túnez” en 1957. El premio la llevó al Festival de Cine de Venecia, donde productores no tardaron en fijarse en ella.
Su debut llegó un año después, en Goha (1958) junto a Omar Sharif. Desde entonces, no paró. Durante los años 60, Cardinale se consolidó como una de las grandes estrellas europeas, trabajando con directores como Visconti y Fellini, y compartiendo créditos con Alain Delon, Burt Lancaster, Rock Hudson y Charles Bronson.

Una carrera de éxitos, una vida de retos
Cardinale brilló en títulos como Rocco y sus hermanos, La chica con la maleta y 8½ de Fellini. Pero su vida personal también fue noticia. Al inicio de su carrera enfrentó un embarazo no planeado. “El productor Franco Cristaldi me mandó a Londres para dar a luz. Publicaron que iba a aprender inglés para un papel”, reveló en entrevistas pasadas. Su hijo Patrick fue criado creyendo que Claudia era su hermana durante los primeros años.
A Hollywood llegó en los 60 con La Pantera Rosa, Blindfold, Los profesionales y No hagas olas, entre otras. Pero fue Érase una vez en el Oeste de Sergio Leone donde se consolidó como ícono: su papel como Jill McBain se convirtió en símbolo del western europeo.

Reconocida, premiada y comprometida
En los 70 y 80, regresó a Europa, participando en cintas como Corleone o Claretta, donde interpretó a la amante de Mussolini. Fue reconocida con el León de Oro a la Trayectoria en Venecia (1993) y el Oso de Oro honorífico en Berlín (2002). Su última película fue The Island of Forgiveness (2022), que la llevó de regreso a su Túnez natal.
Además de su carrera, Cardinale fue una activista comprometida: fue embajadora de buena voluntad de la UNESCO por la defensa de los derechos de las mujeres desde 2000. En 2011, The Los Angeles Times Magazine la nombró una de las 50 mujeres más bellas de la historia del cine.





