El gobierno de Estados Unidos lanzó un mensaje claro de cara al Mundial 2026: los visitantes internacionales serán bienvenidos para disfrutar del torneo, pero deberán abandonar el país una vez concluya la competencia. Así lo afirmó el vicepresidente JD Vance en una rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca, acompañado por el presidente Donald Trump y el titular de la FIFA, Gianni Infantino.
“Queremos que vengan, se diviertan y vean los partidos. Pero cuando el Mundial termine, tendrán que irse”, declaró Vance, dejando en evidencia que las políticas migratorias estrictas serán parte del contexto durante el mayor evento futbolístico del mundo.

Trump buscó matizar el mensaje asegurando que todos los aficionados “serán bienvenidos” y que su gobierno trabajará para ofrecer una experiencia “segura y sin contratiempos” para quienes viajen a Estados Unidos durante el torneo. Sin embargo, el énfasis en el control de permanencia ha generado inquietud en el sector turístico.
El Mundial 2026, que por primera vez contará con 48 selecciones, se disputará en Estados Unidos, México y Canadá. Antes, el país norteamericano será sede única del Mundial de Clubes 2025, considerado un ensayo logístico, con la participación de equipos como el Real Madrid, Bayern Munich y Juventus.

De acuerdo con un informe de Tourism Economics, se prevé que las llegadas internacionales a EE. UU. disminuyan un 5% en 2025, una caída atribuida a la polarización política y retórica migratoria del actual gobierno.