El Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2025 fue otorgado a Mary E. Brunkow, Fred Ramsdell y Shimon Sakaguchi por un descubrimiento que cambió para siempre la comprensión del sistema inmunológico: las células T reguladoras y el gen FOXP3, piezas clave para evitar que el cuerpo se ataque a sí mismo.
“Sus descubrimientos han sido decisivos para nuestra comprensión de cómo funciona el sistema inmunológico y por qué no todos desarrollamos enfermedades autoinmunes graves”, dijo Olle Kämpe, presidente del Comité del Nobel.

El hallazgo que lo cambió todo
En 1995, Sakaguchi identificó un grupo de células T con la capacidad de mantener el equilibrio inmunológico: las llamadas células T reguladoras. Años más tarde, Brunkow y Ramsdell confirmaron que un gen en el cromosoma X, conocido como FOXP3, es esencial para que esas células se desarrollen correctamente.
Sus estudios explicaron por qué mutaciones en este gen provocan enfermedades autoinmunes devastadoras, como el síndrome IPEX, que afecta a niños y causa una respuesta inmune descontrolada. Gracias a ellos, hoy se exploran nuevas terapias contra el cáncer y trastornos autoinmunes basadas en la manipulación de estas células.

Una llamada que cambió sus vidas
El anuncio se realizó desde el Instituto Karolinska en Estocolmo, y según el secretario general del Comité del Nobel, Thomas Perlmann, no todos los galardonados se enteraron al mismo tiempo.
“Lo localicé en su laboratorio y parecía increíblemente agradecido, expresó que era un honor fantástico. Estaba bastante conmovido por la noticia”, dijo Perlmann al relatar su llamada con Sakaguchi.
Añadió que dejó mensajes de voz para Brunkow y Ramsdell, quienes se encontraban en sus respectivos laboratorios en Estados Unidos.

De los laboratorios al reconocimiento mundial
Mary E. Brunkow, nacida en 1961, es doctora por la Universidad de Princeton y actualmente trabaja en el Institute for Systems Biology en Seattle. Fred Ramsdell, nacido en 1960, obtuvo su doctorado en la Universidad de California en Los Ángeles y funge como asesor científico en Sonoma Biotherapeutics, en San Francisco. Por su parte, Shimon Sakaguchi, originario de Japón, es profesor distinguido en el Immunology Frontier Research Center de la Universidad de Osaka.
Un premio que salva vidas
El trabajo de estos tres científicos no solo resolvió un enigma médico, sino que abrió el camino para tratar enfermedades como la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple o el lupus. Su legado demuestra que comprender los mecanismos del cuerpo puede ser la diferencia entre la enfermedad y la salud.

Con este Nobel, la ciencia reconoce a quienes descubrieron el “freno biológico” que evita que nuestro sistema inmunológico se destruya a sí mismo.




