La Ciudad de México vive su mes de junio más lluvioso en al menos 21 años, con un acumulado superior a los 220 metros cúbicos de agua, así lo informó José Mario Esparza, titular de la Secretaría de Gestión Integral del Agua (Segiagua). A pesar de la intensidad de las precipitaciones, no se han registrado afectaciones graves gracias al buen funcionamiento del sistema de drenaje profundo.
“Estamos rompiendo récord de lluvias, este mes de junio que aún no termina, ya tenemos el registro de lluvias más grande en los últimos 21 años, y posiblemente se rompa ese récord”, señaló en conferencia de prensa.
El reto: la basura y la infraestructura vieja
El secretario explicó que la principal complicación no ha sido el volumen del agua, sino la basura que obstruye la infraestructura hidráulica. “El drenaje profundo ha estado operando bien (…) también se le han dado los mantenimientos”, añadió, y detalló que este sistema tiene interacción directa con la Conagua, ya que el agua de la ciudad se canaliza hacia Tula, Hidalgo.
Por su parte, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, reconoció que existen puntos críticos en la ciudad con infraestructura que necesita mantenimiento o renovación. Aseguró que su gobierno tiene un enfoque “de cuenca” para la gestión del agua.

“Es pensar y repensar de qué manera, o qué modelo de gestión estamos llevando a cabo en la Ciudad de México sobre el agua (…) como un bien que llega también de la lluvia y que tiene que ver también con la infraestructura”, subrayó Brugada.
Este fenómeno evidencia no solo el impacto del cambio climático, sino la urgencia de modernizar los sistemas hídricos para aprovechar mejor el agua de lluvia y evitar inundaciones. En un contexto de escasez en otras regiones del país, la capital enfrenta el desafío de convertir la lluvia en un recurso útil y no en un problema.

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