Connor McGregor está decidido a retomar el control de su carrera tras los escándalos que casi destruyen sus empresas.
Los problemas del luchador irlandés, conocido tanto por su habilidad en el octágono como por su vida fuera de los combates, comenzaron tras haber sido condenado hace unos meses por abuso sexual.
A raíz de este evento, McGregor fue condenado a pagar casi dos millones de euros, un impacto que fue mucho más allá de lo económico: el peso del escándalo desmoronó las compañías que el peleador había creado, incluyendo sus marcas de whisky y cerveza, y su empresa inmobiliaria.
En medio de la tempestad, McGregor ha encontrado un nuevo faro de esperanza: el Bare Knuckle Fighting Championship (BKFC), una liga de peleas a puño limpio que está viviendo un auge impresionante.
Si bien la BKFC ha atraído la atención de muchos, el mismo McGregor, quien además es copropietario de la liga, ha visto en esta disciplina una posible tabla de salvación. Según reveló en una conferencia de prensa en Florencia, Italia, McGregor no solo se limita a ser un líder detrás de las cámaras; también ha dejado claro que podría subirse al ring de nuevo para promocionar la empresa.
"Si creen que estoy aquí dando estos discursos y liderando a estos hombres en la batalla y que no entraré allí yo mismo, piénsenlo de nuevo", aseguró McGregor con seguridad. "Seguro. Conor McGregor peleará en el Bare Knuckle Fighting Championship, recuerden mis palabras".
David Feldman, el promotor de la liga, ha revelado recientemente a los medios que la BKFC está a punto de cerrar un importante acuerdo de medios que podría llevar a la empresa a nuevos niveles.
"El próximo gran paso es un gran acuerdo de medios. Tenemos cuatro de los principales tomadores de decisiones con los que estamos hablando en este momento, de las principales cadenas. Y si logramos uno de estos acuerdos de medios, seremos una empresa de mil millones de dólares de la noche a la mañana", comentó Feldman en The Pulse.
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