EMERSON SIERRA
El futbol del Barcelona es arte, exquisito a la vista, disfrutado por propios y extraños, y de manera excelsa, se proclamaron Campeón del Mundial de Clubes al vencer 0-4 al Santos que lo único que podía hacer era disfrutar del futbol catalán.
Una brillantez el futbol de Lionel Messi, arropado siempre por el cobijo de Cesc Fábregas y teniendo a recuperadores finos como Xavi e Iniesta, los catalanes se llevaron el segundo Mundial de Clubes en su historia y exhibieron las carencias defensivas de los brasileños y peor aún, dieron un golpe duro a la carrera de Neymar, quien solamente alineó en el encuentro y falló en el momento clave al buscar una posible igualada.
Para cuando Carles Puyol levantó el trofeo del Mundial, sólo fue el cúmulo de 90 minutos de brillantez y superioridad ante un rival que intentó mantener su estilo, pero fue claramente vulnerado en cada instante.
Cuando el esférico pasa por los pies de Messi se hace magia, un deleite para los 70 mil espectadores en el Estadio Yokohama que esperaban ver sus dribles y desbordes, tocando la pelota en el momento justo, dejando en inmejorable opción de gol a cualquiera de sus compañeros.
Neymar no fue ni la sombra del ’10’ culé, quien apenas al miuto 17’ regaló una anotación de antología, primero por la manera en que Xavi Hernández baja el esférico, sirve a la Pulga y éste define picando la pelota ante la salida de Rafael Cabral.
Con el mayor respeto en el campo, pero sin el menor indicio de piedad, los catalanes siguieron con su ya patentado ‘tiki-taka’, y al 24’ el playera ‘6’ remató en el área un centro de Alves, poniendo el 0-2 justo.
Pero la primera parte aún tuvo una cereza para degustar, cuando Messi deja en el área a Alves y tras dos oportunidades tapadas por Cabral, Fábregas empujó el balón casi en la línea de meta al 45’. Suculenta forma de despedir el primer tiempo.
El segundo tiempo tuvo la misma tonalidad, con un equipo español manteniendo el esférico más del 75 por ciento del tiempo efectivo y dando una lección al Santos de Muricy Ramalho que ni volviendo a empezar el encuentro podrían aspirar a más.
Con tantas oportunidades de gol, era lógico que Rafael Cabral sea el más distinguido de los sudamericanos atajando por arriba y por abajo, quienes no podían poseer la redonda no más de dos minutos continuos.
Messi dejó otra jugada para el recuerdo al83’, cuando recibió un pase de Pedro y dentro del área recorta al guardameta y hace deleitar a la afición japonesa que desplegó un show de luces y flashes disparados desde las gradas, mientras que los de Catalunya pudieron entonar nuevamente el canto de ‘campeones olé, olé’.




