REDACCIÓN RÉCORD
Los Clásicos se resuelven por los héroes que aprovechan sus oportunidades, toman la estafeta y aparecen en los momentos indicados. En una edición más del ';Old Firm';, en Escocia, el Celtic encontró el suyo en Georgios Samaras, autor de dos goles, para derrotar (0-2) al Rangers, en un encuentro en el que Efraín Juárez permaneció los 90 minutos en el banquillo.
El destino puso de nueva cuenta un Rangers en contra de Celtic en el Estadio Ibrox 40 años después de la peor tragedia en el futbol escocés, en la que 66 personas perdieron la vida, precisamente en una edición de este partido, pero en 1971.
La atmósfera y el ambiente fue distinto. El momento a recordar no era muy agradable y se vivieron múltiples emociones en Ibrox. Los equipos entraron al campo, fueron aplaudidos y se ordenaron en la circunferencia del medio campo, mientras se dio un minuto de silencio absoluto. Puro respeto hasta dicho instante.
La ceremonia y los homenajes culminaron y comenzó la disputa deportiva, en la que el respeto quedó de lado y la verdadera batalla sobre el campo se gestó. Nadie quería perder y un triunfo de inicio de año, que marcara la temporada era lo más anhelado.
Como favorito y ante su gente, Rangers no lo pensó mucho y buscó una anotación de inmediato. Sus líneas adelantadas y su ímpetu de cara al marco lo acercaron a abrir el marcador, algo que impidió Emilio Izaguirre en la línea gol. El aviso estaba hecho.
Los nervios se notaban a la distancia. Nadie regalaba nada, pero las ideas al ataque tampoco eran tan claras. Los ';Blues'; intentaban con insistencia, pero sus llegadas eran anuladas poco a poco con el paso del tiempo. El control era suyo, pero no más.
El cronómetro caminaba lentamente y el tiempo llegó hasta los primeros 45 minutos. No había daño hasta ese momento. Faltaban pinceladas especiales, algunos instantes de brillantez absoluta, en los que pudiera cambiar el resultado.
La situación fue perfectamente entendida por Samaras, duramente criticado en lo que va de la temporada. El griego buscó el espacio, se encontró con una mina de oro. Sólo requirió dos momentos de iluminación y en ambos concretó sus oportunidades. Su afición lo agradeció y lo aplaudió. Los goles son amores, y en un Clásico, ante el odiado rival, aún más.
Primero al 62'; y luego al 70';, Samaras vivió su sueño y disfrutó como nunca. El triunfo ya estaba gestado. El ';Old Firm'; se pintó de los colores verde y blanco en Glasgow. La afición del Rangers no lo entendía. Su oportunidad de retomar el liderato pasó en esta ocasión y ahora aguardarán a que se disputen sus partidos pendientes para recuperar la cima. Hay Liga en Escocia.




