España-Tahití, duelo de más de 602 mde de diferencia

Ambos cuadros jugaron en el Mundial Sub 20 de Egipto 2009 | ESPECIAL |

MARIO AGUIRRE

En un país al que todavía la recesión no entra de lleno al balompié, o al menos no a sus clubes "grandes", Raúl Albiol y Álvaro Arbeloa ganan aproximadamente 1,8 millones de euros anuales; conducen automóviles superdeportivos por las calles de Madrid y por cada botín, playera, reloj o colonia existe un patrocinador o marca detrás.

Estos dos jugadores pertenecen a la clase ';humilde'; de la Selección de España. Su precio —ambos tasados en 8 millones de euros, según Transfermarket— consiste el de menor valor del combinado que disputa la Copa Confederaciones. Andrés Iniesta, del Barcelona, es el más caro (60 millones).

En cambio, si algún agente quisiera adquirir la carta de Marama Vahirua, debería abonar 400 mil euros. Dicha cifra equivaldría a 7 millones 13 mil 875 pesos, es decir, 114 mil 981 salarios mínimos —fijado en alrededor de 61 pesos— en México.

El delantero se desempeña para Panthrakikos, uno de los clubes con presupuesto más bajo de la Primera División griega, que pelea el descenso y radicado en Komotini; esta última, de las zonas del noreste de ese país con uno de los índices más altos de desempleo (24%) a partir de la crisis financiera del 2010.

 


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Vahirua es el más ';acomodado'; y único profesional de la nómina de 23 ';futbolistas'; que componen el equipo de Tahití, aquella isla de la Polinesia Francesa que muchos descubrieron en el mapa gracias a la Confederaciones.

El resto de sus compañeros, sin trabajo debido al amateurismo de su Liga local, subsisten de ser mensajeros, maestros de educación física, camioneros e inclusive alpinistas.

A priori, como el partido más desigual de la historia en un torneo oficial de FIFA a nivel mayor podría denominársele al España-Tahití en todo sentido: para comenzar, futbolístico; de ahí se desprenderían otras aristas como la económica, en cuanto al palmarés, la historia…

En la cancha del Maracaná contenderán 604 millones de euros frente a un millón 925 mil, valores estimados de las plantillas europeas y oceánicas, respectivamente.

 


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La número uno del mundo se medirá a la situada en el renglón 138 de un ranking que comprende a 207 selecciones reconocidas por FIFA; 15 más que los Estados aceptados por la Organización de las Naciones Unidas.

Así pues, en España los 90 minutos significan sólo cotizaciones en las bolsas y apuestas respecto a cuántos goles le meterán a su rival. Mientras tanto, en Tahití representan una nueva vitrina, su ';aviso oportuno'; personal para dejar de dobletear oficios y, de una vez por todas, empezar a vivir de la patada.