A partir de este miércoles y durante las próximas tres semanas, Chile será el centro del futbol en el continente, 24 años después este país andino vuelve a ser sede de la Copa América.
En pleno otoño, Santiago, la capital de Chile, nos recibe con un clima agradable, aunque varios santiaguinos ya se dejan ver por las calles con abrigos, el preludio indudablemente de que el frío esta por bajar de los Andes.
El acento te marca y desde mi llegada al Aeropuerto Internacional de Santiago, varios oficiales de migración nos desean suerte en la competencia, menos en el segundo partido en donde chilenos y mexicanos se enfrentarán.
El centro de prensa, está a un costado del Estadio Nacional, pocos son los colegas que hay en un auditorio de basquetbol habilitado para este torneo como sala de prensa, es en este lugar donde me entregaron la acreditación para poder realizar la cobertura del torneo.
Un cuarto de siglo después de que terminó la dictadura militar, los chilenos se niegan a olvidar ese duro episodio en su historia de 1973 a 1990 y es por eso que en el Estadio Nacional aún permanece en una parte del estadio la estructura original de este escenario, para que este hecho no quede en el olvido.
Mundialista en 1962, el Estadio Nacional es víctima de abandono, en un recorrido que realice comprobé el poco mantenimiento que le dan a este escenario histórico para los chilenos, butacas sucias y empolvadas, capas y capas de mugre en el piso. Pese a esto decenas de trabajadores realizan maniobras para tratar de tener lo mejor posible este estadio que albergará la inauguración.
Pudimos presenciar parte del ensayo de lo que será la apertura de la cuadragésima cuarta edición de la Copa América, aún colocan parte de la iluminación para el espectáculo y hay algunos globos gigantes con las banderas de los países participantes.
En las calles empiezas a sentir el ambiente festivo y seguramente una victoria en la presentación de Chile ante Ecuador animará más el ambiente.






