VÍCTOR EDÚ | VARSOVIA
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Si eres atlantista, si viste futbol en los años 70 y 80 o si simplemente amas este deporte, seguramente el nombre de Grzegorz Lato te dice algo. Fue uno de los grandes astros mundiales que han pisado canchas mexicanas y, aunque sólo estuvo dos temporadas como azulgrana, de 82 a 84, aún se recuerda su paso.
Hoy es el presidente de la Asociación Polaca de Futbol, y previamente al juego contra México, platicó con RÉCORD.
"Fueron dos años muy hermosos en mi vida, en verdad la pasé muy bien, mi esposa también estuvo feliz en un lugar tan cálido como México, un gran recuerdo sin duda" dice al inicio de la charla en su oficina.
"No, en español no, porque ya se me olvidó, mejor en inglés" nos dice para luego agregar: "Lo de México fue algo muy bonito en mi carrera, recuerdo que estaba impresionado por el tamaño del Estadio Azteca, cuando lo veía lleno no salía de mi asombro, ver a 110 mil personas me impactaba".
Aunque no ganó el título, Lato metió 15 goles en su primera temporada y se ganó un sitio en la mente de los atlantistas.
"¿Amistades? muchas, pero recuerdo a Arturo Vázquez Ayala, era un gran tipo, también a este argentino al que me enfrenté muchas veces con selección... Rubén (Ratón) Ayala, era muy divertido estar ahí".
Explicó que lo de ir a México, luego de ser Campeón de goleo del Mundial 1974 y tener un gran nombre europeo, fue casi una casualidad.
"Un día llega el director del IMSS y me dice que quiere que vaya a México, pero entonces tenía dos ofertas muy buenas luego del Mundial 82, entonces pienso que era bueno un cambio y decidí en el último momento firmar. No me arrepiento para nada, ahí viví grandes momentos porque en América el futbol se vive diferente, en verdad fue hermoso".
Hoy su gran reto es dirigir a Polonia hacia la Eurocopa de próximo año y por eso siente mucha presión.
"Definitivamente es más fácil y divertido ser jugador que dirigente, aquí las cosas son muy complejas y pocas veces quedas bien, pero bueno, tenemos un bonito desafío en el 2012 y confío en que Polonia haga un gran papel.
Lato termina la charla diciendo "Viva México", sin duda un gesto que le nace del corazón.
