RAÚL GUZMAN | BARCELONA
Con calma, sin grandes aspavientos de seguridad y apenas una veintena de periodistas a la puerta del hotel, llegó este mediodía el Milan a tierras catalanas.
El conjunto italiano arribó alrededor de la una de la tarde, tiempo local, al hotel Rey Juan Carlos, ubicado muy cerca del Camp Nou, lugar donde mañana por la noche intentará conservar la ventaja obtenida en la Ida de los Octavos de Final de la Champions.
Bojan Krikic fue el único jugador que se detuvo a atender a algunos aficionados que lo esperaban impacientes para firmar, curiosamente, en su mayoría playeras del Barça con su nombre.




