El centrocampista colombiano James Rodríguez, que el pasado 12 de julio cumplió 23 años, nació en 1991 en Cúcuta, ciudad fronteriza con Venezuela, en donde vivió tan solo tres años para luego irse con su familia a Ibagué, capital del departamento del Tolima, en el centro del país, en donde desde muy pequeño comenzó su carrera de futbolista en la Academia Tolimense de Futbol.
El talento de James fue evidente desde muy pequeño, situación que lo llevó a dejar su vivienda a los 14 años y mudarse a Medellín en donde debutó con el Envigado, uno de los equipos de Antioquia en el que se hizo figura por sus gambetas, por su exquisito juego y por su olfato de gol, sin ser delantero.
Sus buenas actuaciones le valieron inmediatos llamados a la Selección de su país, donde destacó en el Mundial Sub 17 de Corea en 2007, y su papel le valió para ser tenido en cuenta en el 2008 por el Banfield argentino, equipo con el que salió Campeón en el 2009.
La carrera de James estaba por dar un salto mayúsculo, el cual llegó en el verano de 2010, cuando fue adquirido por el FC Porto de Portugal por 9 millones de dólares. En el Porto, James coincidió con dos de sus compañeros de selección, Radamel Falcao y Freddy Guarín.
En su estancia en Portugal, el mediocampista colombiano ganó la Superliga, la Liga Portuguesa, la Copa de Portugal y la Liga de Europa en un solo año.
A finales de ese mismo año, el 24 de diciembre, James decidió casarse con Daniela Ospina.
Sus buenas actuaciones en la Liga Portuguesa le valieron para llamar la atención del Mónaco francés, que en 2013 no vaciló en desembolsar 60 millones de dólares para hacerse de los servicios del colombiano.
Fue ahí, en el principado de Mónaco, donde James volvió a compartir el terreno de juego con Radamel Falcao.
Rodríguez llegó al Mónaco con un contrato de cinco años; sin embargo, sólo terminó jugando una temporada.
Su gran actuación en la Copa del Mundo, en la que anotó un total de seis goles y logró hacerse presente en el marcador en todos los partidos que disputó fue la clave para que el Real Madrid pusiera los ojos sobre él.
No ha pasado ni un mes desde el término de la Copa del Mundo para que el club merengue pagara 108 millones de dólares por James, quien incrementó su valor 98.2 millones de dólares en un lapso de cuatro años.
