REDACCIÓN RÉCORD
Continuaba la actividad del Grupo C y la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) debutaba en la justa ante Hungría, un clásico de Europa del Este en el estadio Sergio León Chávez de Irapuato, que lucía nivelado, pero al final fue todo lo contrario, con un 6-0 avasallador a favor de los soviéticos.
Era la sexta ocasión en que el ya desaparecido equipo de la Unión Soviética se presentaba a una Copa del Mundo. Llegaba a México 86 como uno de los equipos más poderosos del Viejo Continente, mientras que Hungría disputaba su noveno Mundial.
Ambas escuadras tenían que dar lo mejor de sí en su primer partido, pues Francia ya había dado un paso adelante en el sector al ganarle por la mínima diferencia a la inexperta Canadá.
Corría el minuto dos de juego cuando Yakovenko abrió el marcador para la URSS, y a partir de ahí, todo el arsenal ofensivo del Ejército Rojo se dejó caer sobre la portería del equipo húngaro. Aleinikov puso el 2-0 al minuto 4 y Belanov por la vía del penalti decretó el 3-0 (24’) con el que se irían al descanso.
Para la parte complementaria, el partido no cambió de bando y Yaremchuk (66’) acrecentó el marcador a 4-0. Posteriormente un error de Dajka (73’) al enviar el esférico a su propia meta ponía las cosas inalcanzables ya para los de Mezey, que recibieron el sexto y último gol a diez minutos del final en los pies de Rodionov.
La balanza se inclinó a favor de los rusos aunque se esperaba que Hungría diera pelea.
Años después se comentó que el dominio territorial e histórico de la Unión Soviética había tenido influencia a tal grado que Hungría se había dejado golear en aquella ocasión.
