El Real Madrid, con el regreso de jugadores importantes como Sergio Ramos, Marcelo y Gareth Bale pero una nueva cara en el centro del campo por las ausencias de Toni Kroos y Luka Modric, quiere evitar el peligro de incendio frente a un rival de entidad como el Celta, en un ambiente enrarecido en el Santiago Bernabéu tras perder el Derbi contra el Atlético de Madrid.
El clima de optimismo instalado en el madridismo con la llegada de Zinedine Zidane al banquillo, quedó en el olvido tras dos empates ligueros a domicilio frente a Real Betis y Málaga, y sobre todo tras la derrota mostrando impotencia contra el Atlético de Madrid. La afición del Real Madrid volvió a explotar, en esta ocasión contra el palco y señalando a jugadores como James Rodríguez o Isco Alarcón.
El regreso al estadio de La Castellana provoca que Zidane, sin ser preguntado, mande un mensaje de unión a sus aficionados. Pidió el respaldo al equipo y a los jugadores antes que el silbido y la crítica. Con la Liga perdida, se acerca el duelo europeo frente a la Roma, la tabla de salvación de una temporada irregular.




