Real Madrid y Atlético saben que están en un momento histórico y que todo el mundo del futbol estará pendiente de la Final de la Champions que este sábado disputan en Lisboa.
La escenografía es perfecta. La capital portuguesa ha sido invadida por los fanáticos de los dos equipos españoles. Se calcula que han viajado más de 70 mil seguidores, aprovechando la corta distancia entre Madrid y Lisboa (unos 600 kilómetros por autopista). Muchos, demasiados, llegan sin entradas para entrar en el Estadio de La Luz. Pocas horas antes del partido, se pedían más dos mil dólares por una entrada de 50. Es una locura pero nadie se quiere perder la Final.
Todo está listo para la choque por la Orejona. Sería la Décima para el Real, la primera para el Atleti, lo que también incrementa la importancia de una Final con todos los alicientes emocionales y deportivos.
Conforme se ha ido acercando la hora del comienzo de la Final, el foco se ha dirigido a aspectos deportivos, porque tanto Atlético como Real Madrid tienen serias dudas en la alineación por el estado físico de algunos de sus jugadores. Simeone está pendiente de la evolución de Costa, que intenta ponerse a punto para jugar.
Después de visitar a la 'doctora milagro' de Belgrado, este viernes pudo entrenarse con aparente normalidad. Algunos dicen que es una estrategia para confundir al Real Madrid y que es imposible que pueda jugar; otros aseguran que se ha recuperado milagrosamente. Quién sí parece recuperado es Turán, por lo que el Cholo podría alinear a su mejor cuadro.
También Ancelotti tiene serias dudas. Al frente, es seguro que jugará Cristiano y Bale, y si lo hace Benzema será infiltrado porque mantiene molestias. Se sabe que en el centro del campo jugará el joven Illarramendi. Y el último problema para Ancelotti será en la defensa, porque Pepe parece no recuperarse y en su lugar jugaría el joven defensa francés Varane, que si bien ofrece seguridad no tiene el mismo empuje que el portugués.
Así se presenta el choque, emocional y deportivamente interesante. La lógica dice que el equipo blanco está más cerca de la Décima Orejona que los rojiblancos de sumar su primera Champions, pero a un partido todo puede ocurrir y el Atlético gana las guerras imposibles. El espectáculo está garantizado.
