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Franck Ribéry reconoció que "he metido la pata" tanto en su vida privada como en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, y ahora desesperadamente quiere recuperar el aprecio de la afición francesa.
El extremo fue suspendido por tres partidos por su presunto papel como uno de los líderes de la revuelta del equipo nacional francés en el Mundial en contra del entrenador en ese entonces, Raymond Domenech, luego de haber perdido ante México 2-0 y no haber clasificado a la siguiente ronda.
Ribéry fue convocado la semana pasada por el nuevo técnico Laurent Blanc por primera vez desde Sudáfrica, aunque también había estado lesionado.
Antes de la Copa del Mundo, el jugador del Bayern Múnich se vio inmiscuido en un escándalo de abuso sexual por un supuesto encuentro con una prostituta menor de edad, un episodio que admite le causó un enorme daño a su familia y sus amigos cercanos.
"En mi vida privada, en mi vida como futbolista, he metido la pata", dijo. "Fui por los caminos equivocados, me perdí. Herí a personas a las que quiero mucho, decepcioné e incluso escandalicé a muchos otros. Estoy furioso conmigo por eso. Es cierto que hicimos las cosas mal en Sudáfrica, no las vimos de la forma adecuada".
El jugador de 27 años, señaló que "los castigos llegaron, todo tipo de castigos, humanos y de otro tipo. Hemos pagado por ello, es normal. Pero como lo he dicho, vamos a pasar la página, a hablar del futuro".
El primer partido de Ribéry, en su regreso con la selección, podría ser este viernes, cuando Francia visite a Luxemburgo por las eliminatorias de la Eurocopa Ucrania-Polonia 2012. Cuatro días después, se verá cómo responden los hinchas franceses, en un amistoso contra Croacia en el Stade de France de Saint-Denis.
'Regreso para ayudar a la selección': Ribéry
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1 de Enero de 2013




