Romario, un genio de la talla de Brasil

Romario marcó 7 goles en la Confederaciones de 1997 | ESPECIAL |

IVÁN CAÑADA

Un centro delantero ideal para muchos entrenadores podría medir 1.90 metros de estatura, ser un referente del área, pelear cada balón, estar en el momento adecuado para rematar y ser certero de cara al arco. Sin embargo, eso es una teoría que Romario logró romper.

O Baixinho’, con apenas 1.68 metros, dejó de lado todos esos ideales para convertirse en uno de los arietes más letales del mundo, así como consagrarse como uno de los genios que han portado la casaca de Brasil.

Romario hacía valer su velocidad, fuerza, habilidad, capacidad de desequilibrio y la eficacia de cara al arco rival.

En un momento tomaba el balón y en tan sólo unos segundos, dejaba en el camino a sus rivales y vencía a los porteros. El arco lo tenía en la cabeza, no tenía que voltear a verlo, sabía el lugar exacto a dónde mandar el balón. Un auténtico romperredes que ni la mejor defensiva quería enfrentar.

Si algo caracterizó a Romario a lo largo de su carrera fue que siempre fue impredecible. Así como podía encarar y perfilarse con la pierna derecha, lo hacía de izquierda. Podía desbordar por las bandas, desprenderse desde el centro o disparar desde larga distancia. Casi siempre dio con sus objetivos y por ello se convirtió en uno de los delanteros más letales en la historia del futbol mundial.

Esa habilidad que siempre lo destacó lo llevó a debutar con el Vasco da Gama, consagrarse en el PSV Eindhoven y hasta triunfar con el Barcelona, todo eso sin dejar de lado sus múltiples victorias con la Selección de Brasil, con la que fue campeón del mundo en la Copa Mundial de 1994.

Los éxitos de ‘O Baixinho’ los logró trasladar en casi cada competición que llegó a disputar. En este caso, en la Copa Confederaciones de 1997, única que disputó, no fue la excepción.

Romario llegó a dicho certamen en un nivel que le permitió anotar siete goles en solamente cuatro encuentros para convertirse en el máximo artillero del certamen y comandar, junto a Ronaldo, a su selección a ganar el torneo.

Fue precisamente en ese año la última ocasión en que Romario pudo trascender con su combinado nacional, pues así como ganó la Confederaciones, en el mismo periodo de tiempo Romario tuvo la oportunidad de celebrar el título de la Copa América.

El destino llevó a este delantero a despedirse con antelación de su Selección, aunque no por ello dejó de ser ese ariete que siempre tuvo una relación especial con las redes.

En el recuerdo quedará aquel jugador que con pura habilidad, velocidad y creatividad se convirtió en uno de los más efectivos en la historia del futbol, así como una de las leyendas que han disputado la Copa Confederaciones, mismas que en base a talento y espectaculares goles se han encargado de darle mayor peso a este torneo.

FUE EL MÁXIMO ARTILLERO DE 1997
Romario llegó a la Copa Confederaciones de 1997 con la estirpe de gran goleador y demostró su contundencia en el torneo, pues terminó como el mejor realizador tras marcar siete tantos en cuatro partidos.

El delantero se hizo presente en el certamen desde el inicio, pues marcó dos goles al anfitrión Arabia Saudita; a México, también en la Fase de Grupos, le anotó un tanto y en Semifinales, contra la República Checa, logró otro.
 
Su festival lo concluyó en la Final, pues logró un triplete en la goleada de 6-0 sobre Australia.