PABLO LOZANO
Aquellas épocas en las que los llamaban los millonarios parecían haber quedado en el olvido, pero la chequera volvió a abrirse en el América y la llegada de Christian Benítez representa la operación más cara de la que se tenga registro en la historia del futbol mexicano, con un pago aproximado de 10 millones de dólares al Club Santos.
Fuentes allegadas al conjunto de La Comarca y a la escuadra de Coapa coincidieron en la cifra, misma que no será cubierta en su totalidad en efectivo, pues parte del pago se hará en especie con el traspaso de Christian Suárez del Necaxa, equipo propiedad de Televisa.
Aunque en México las cifras de traspasos son poco claras y nunca oficializadas por los equipos, es el propio América el club que posee más marcas millonarias de fichajes. Se recuerdan los siete millones de dólares que costó Claudio ‘Piojo’ López, o los seis millones de verdes que se desembolsaron, según reportes, por Aquivaldo Mosquera, hasta hace un par de días las más altas cantidades que se habían pagado por algún jugador en nuestro país. Incluso Tigres pagó recientemente seis millones de dólares por el brasileño Everton Cardoso.
Aunque la cifra podría parece descabellada para el mercado del futbol mexicano, no se encuentra desfasada de la valuación que hace el portal especializado transfermarkt, quien lo tasa en 8.5 millones de dólares, como valor de mercado.
El propio jugador ecuatoriano estuvo muy cerca de ser adquirido por el Birmingham de Inglaterra hace poco más de un año en 10 millones de dólares, sin embargo una cuestión médica alertó al club inglés y no se hizo válida la opción de compra, por lo que tras cumplirse el préstamo regresó al Santos.
El pago señalado considera solamente los derechos federativos, se sabe, además, que la ficha de Benítez lo convertirá en uno de los jugadores mejor pagados del balompié azteca. La oferta de las Águilas superó a la de un club español interesado que ponía sobre la mesa la nada despreciable cifra de 9 millones de dólares y terminó por convencer a los dirigentes santistas de permitirle la salida.
