Rubens Sambueza sabe que está en la mira de los silbantes, con tintes de una persecución, pues compartió a RÉCORD que cada vez que entra a la cancha los árbitros están expectantes a lo que pueda hacer o decir, como sucedió la jornada anterior, donde fue expulsado por el árbitro Jorge Antonio Pérez Durán, quien mostró la tarjeta roja al '14' azulcrema por insultarlo soezmente.
"Estoy sorprendido por las dos fechas que me dieron, pensé que sólo iba a ser una, porque cuando me sacó la amarilla hizo una seña como si fuera por reiteración de faltas, y la falta me la habían hecho a mí, pero después fue porque según yo había simulado y me saca la amarilla; después, me levantó molesto y diciendo cosas en contra mía, mirando hacia abajo, sin darle importancia a él (árbitro) y me saca la roja, le pregunto por qué me expulsa y no sabía qué decirme. Estoy sorprendido, porque jamás lo insulté a él, jamás lo miré a la cara.
El cabezazo de Sambueza en Copa Jalisco
"Hay árbitros que son quisquillosos con algunos jugadores, y hay que ser realistas, en su momento estuvo (Matías) Vuoso y ahora estoy yo, son quisquillosos cuando quieren y eso sinceramente está mal. Yo cuando me equivoco lo digo, pero esta vez no me equivoqué porque en ningún momento lo insulté a él", indicó.
El naturalizado mexicano consideró que los silbantes están más preocupados en que se hable de ellos, en lugar de hacer una buena labor en el campo de juego.
"En estas fechas que van se habla muchísimo de los árbitros, no se habla del partido, y parece que les gusta que hablen de ellos todos los fines de semana. De nuestra parte habrá que seguir trabajando y ellos dedicarse a trabajar y no tanto en hacer una persecución hacia un jugador. Hay que trabajar todos, ellos por su bien y nosotros por el nuestro, porque así puede mejorar mucho el futbol mexicano", aseveró el mediocampista.
La roja contra Atlante
Y aunque Sambueza aseguró que no cambiará su forma de jugar, refirió que la experiencia vivida con Pérez Durán le ha dejado un aprendizaje, como es no hacer más reclamos a los árbitros.
"Mi forma de jugar no va a cambiar, siempre voy a jugar igual porque es lo que me piden los técnicos y es lo que me enseñaron desde chico. Cuando me cobren una falta en contra trataré de no hablar, porque no sé si sea una persecución, pero ellos (árbitros) están pendientes de qué hago yo, si un gesto o si digo algo como para que me expulsen; así que voy a trabajar en no hacer gestos, en no hablar, y si hago una falta pedir perdón y si me hacen una falta jugar rápido, esas cosas las voy a trabajar", remató.




