GIBRÁN ARAIGE
El Guadalajara se presenta ante su afición este miércoles contra Veracruz, partido en el que cumplirá 50 juegos de Liga en el Estadio Omnilife, que más que parecer su fortaleza, parece su casa del terror.
Con números negativos en casa el Rebaño recibe a los Tiburones, en lo que será su primer duelo de local en el Apertura 2013.
Chivas aún no encuentra la fórmula para sentirse cómodo en casa. En 49 cotejos dentro del torneo mexicano únicamente ha podido ganar 15 de ellos, mientras que tiene 18 empatados y 16 perdidos, lo que demuestra que el Omnilife no es una plaza complicada.
Además, se han marcado 100 goles en el inmueble tapatío, de los cuales 52 son de los rojiblancos y 48 de los equipos visitantes.
Pero no sólo dentro de la cancha sufre el Guadalajara, sino que en la tribuna también la historia es macabra, ya que tras tres años de vida, la afición rojiblanca sigue sin enamorarse de su nuevo hogar, y el promedio de asistencia es de 20 mil aficionados por partido.
Hasta el momento, únicamente han tenido un lleno total en un juego oficial, el cual fue durante el Clásico ante América en el 2011. Mientras que la peor entrada fue en un juego amistoso contra el Red Bulls de la MLS, con apenas 3 mil espectadores el mismo año.
El coloso tapatío también ha sido testigo de batallas internacionales, tanto en Copa Libertadores como en Concachampions, pero en ambas competencias, el Estadio Omnilife tampoco pesó.
El peor ridículo de Chivas en su historia, lo hizo en la Concachampions, cuando fue eliminado en su propia casa en la Fase de Grupos por el Xelajú de Guatemala.
Así, la corta vida del Estadio Omnilife, que tras una majestuosa inauguración con el Manchester United de invitado, no ha logrado convertirse en el escenario temible que se esperaba.




