Enrique Esqueda guarda entre sus recuerdos más preciados el título del mundo en Perú 2005. El delantero era un relevo de lujo de Carlos Vela en aquella Sub 17, y a 10 años de esa historia escrita con letras de oro, no duda al señalar que fueron un parteaguas deportivo y social.
“Nosotros entramos en la historia del futbol mexicano de una manera única y diferente, porque ganar un Campeonato del Mundo no es cualquier cosa, ni se logra todos los días. Fue algo inolvidable, porque cuando tenga hijos sabrán que tuve algo que ver en la historia, y será así por muchos años más.
“Me da gusto que haya pasado el tiempo y nos sigan recordando, y ojalá no sólo por 10 años, sino por más, y que sigamos siendo los ‘Niños Héroes’, porque estábamos cambiando la mentalidad a muchos niños, a mucha gente en el país. Chucho nos contó que gente se acercó a agradecerle por lo que habíamos logrado, porque influyó no sólo en lo futbolístico, sino en la sociedad, y eso es muy bonito”, dijo.
El Paleta fue de los privilegiados que cumplió todo un proceso de formación desde selecciones menores bajo la tutela de Jesús Ramírez.
“Desde la Sub 15 hubo muchos jugadores que también tenían demasiadas cualidades, tal vez más que los 23 que quedamos, pero algo vio Chucho en ellos que no hacia clic en esta familia que quedó al final, y los 23 que quedamos estuvimos ahí.
“Todo éxito tiene un sacrificio y sin duda éste fue el caso. Estuvimos mucho tiempo concentrados, cosa que nadie se quejó, al contrario, y eso es parte de los sacrificios que tuvimos que hacer para conseguir el éxito; fueron muchas horas y días de trabajo, con el cansancio a todo lo que daba, pero teníamos muy marcada nuestra meta, que era ser campeones del mundo”, manifestó.
Esqueda, quien jugó contra Australia y Turquía en el Mundial, posteriormente dio el salto a Primera División con el América, en donde tuvo buenos momentos.
“Con lo que hicimos fue también un abrirle los ojos a la gente de que los chavos tenían cualidades y que no importaba la edad para conseguir el éxito; se nos abrieron las puertas, nos voltearon a ver más por lo que habíamos conseguido, y en mi caso fue así, estando en un equipo tan grande como América.
“En esos tiempos era difícil debutar ahí y el Torito (Juan Carlos Silva) y yo tuvimos la oportunidad. Las generaciones de ahora sin duda han tenido otra oportunidad después de que en el 2005 se mostró que los jóvenes podían sobresalir en cualquier momento”, consideró Enrique.
