Ignacio Ambriz aprendió a jugar partidos fundamentales a fuerza de golpazos, los que trascienden, los que dan la continuidad en el banquillo.
Hoy está totalmente justificado que continúe al frente del equipo al darle a esta institución su séptimo título regional, el Bicampeonato deseado para regresar al Mundial de Clubes y no volver hacer el ridículo como hace unos meses al perder contra un equipo de China. Más que nunca la revancha llegó a pocos días de celebrar los 100 años de existencia y será muy apetecible para su directiva.
El América pasó apuros debido al estilo de su entrenador, pero al final, gracias a ese mismo estilo, consiguió el Bicampeonato de la Liga de Campeones de la Concacaf y regresará a cumplir con una asignatura pendiente a Japón. No hay un plan alterno para la directiva, la continuidad de Ambriz existirá, será el entrenador del centenario, por lo menos eso aseguró ayer un eufórico Ricardo Peláez en declaraciones para la cadena estadounidense Univisión.
En el América el aprendizaje de los fracasos en diciembre fueron ‘fast track’, hoy ya no es un equipo anárquico, indisciplinado y en el orden han conseguido su primer gran éxito del 2016.
Claro que la prueba más importante será la Liga MX, donde tienen la obligación de ganar el título, gustar y seguir presumiendo éxitos.
Dos títulos de Concacaf seguidos, nueve liguillas consecutivas, esas son las Águilas del América, equipo que está cercano a ser considerado como una dinastía de éxitos continuos, solamente la evaluación de la Liga MX está pendiente, pero de lograrlo, serán la envidia de todos los equipos del futbol mexicano, incluidos los multimillonarios Tigres, los ahora especialistas en fracasar en los partidos más importantes.
Que decepción debe vivir los cientos de miles de seguidores felinos al ver que su equipo, ni las manos metió en otra final para el olvido.




