LUIS E. IGLESIAS
Óscar Pérez cumple 40 años volando como en los viejos tiempos. Tiene casi 20 años de carrera, presume tres Mundiales defendiendo los colores de México y, por si fuera poco, es el último portero de Cruz Azul que logró un título (Invierno 1997).
Inspirado en Héctor Miguel Zelada, Pablo Larios y Olaf Heredia, inició su carrera hace dos décadas en un duelo contra el Atlas, que finalizó 0-0. El Conejo daba sus primeros saltos, pero fue hasta 1997 cuando se adueñó de la portería celeste para defenderla por más de 15 años.
"Mi debut fue como un sueño: Alberto Guadarrama estaba jugando de titular y en una jugada se lastimó el codo y es donde entré; fue un gran momento, no me dio tiempo de ponerme nervioso.
"Traté de jugar lo mejor posible, aunque seguro me equivoqué; yo debuté en 1993 y fui titular hasta el 97, era un proceso desesperante, estaba molesto porque no aproveché la oportunidad, pero al final hubo gente que me aconsejó, me calmó y animó. Después vino la atención, los reflectores y fue cuando entendí la gran responsabilidad que era estar en Cruz Azul”, mencionó el Conejo en entrevista con RÉCORD realizada en San Luis Potosí.
A pesar de su corta estatura (1.71 metros), Óscar siempre dejó constancia de que eso no sería obstáculo para cubrir el arco, pues sus fieros reflejos y gran resorte pronto lo pondrían en la élite del futbol, recompensándolo con el único título de Liga de carrera.
"Ser el último campeón con Cruz Azul es algo maravilloso. Luis Fernando Tena me dio la oportunidad de jugar la Liguilla, viví una final muy sufrida, pero muy bonita, que tuvo su recompensa con el título”, recuerda emocionado, al tiempo de agregar que con La Máquina y el Tri ha vivido entrañables episodios.
"Ese campeonato con Cruz Azul, la Final ante Boca Juniors en la Libertadores y los partidos en los Mundiales con la Selección son, sin duda, los mejores momentos de mi carrera”.
Sin embargo, también ha vivido tragos amargos en su andar: vivió un descenso con el Necaxa, el cual le costó trabajo superar.
"Fue lo peor, se tiene que trabajar más, apoyarte en la familia, es muy difícil levantarte de un descenso, traté de dar lo mejor, pero es una lástima que no nos alcanzó.
"Aun así, el futbol no me debe nada, me ha dado más de lo que me imaginé, muy agradecido con esta profesión, siempre la he respetado y me he entregado al máximo”, afirmó.
El Conejo es consciente de que nada es eterno, menos tratándose del futbol, pero tiene claro que mientras posea las facultades para seguir haciendo su trabajo de buena forma, retiro será una palabra que no estará en su vocabulario.
"Me gustaría que fuera con la playera del Cruz Azul, es una institución que quiero mucho, por ahora no quiero hacer planes, hoy me siento bien, voy al día a día, tengo aún las facultades para jugar, si llega el momento en que ya no responda, entonces diré adiós; mientras, no.
"Me llama la atención trabajar con los jóvenes en lo formativo, ayudar a los chavos a mejorar, es a lo que más apunto, entrenador de porteros, y si es en Cruz Azul, yo encantado; al final es seguir dentro de esta profesión”, finalizó el Conejo, quien agradece a la vida llegar a 40 años haciendo lo que más le gusta: jugar al futbol.




