Un nuevo miedo ha rebasado al mundo virtual: el de no estar conectado a las redes sociales para ser partícipe de experiencias gratas para otras personas.
Esta inquietud se caracteriza por el deseo obsesivo de navegar por internet para atestiguar las vivencias ajenas y comparar las experiencias y posesiones propias con las de los demás. Coloquialmente es conocido como Fomo' (siglas en inglés de fear of missing out).
Según los resultados del encuentro "Conecta 2.1. Más Allá de las Redes Sociales", de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), este fenómeno del nuevo milenio puede generar ansiedad, depresión y trastornos del sueño, entre otros.
El estudio revela que los más propensos revisan Facebook, Twitter o Instagram antes de irse a la cama. Y al despertar, lo primero que hacen es consultar qué aconteció en las redes sociales mientras dormían. Señala también que "suelen protagonizar desplantes por nimiedades como quedarse sin señal de wi-fi u olvidar el celular en casa".
De acuerdo con José Alejandro Medina Rodríguez, egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) y organizador del encuentro, una investigación estadounidense encontró que a mayores niveles de esta afección, menor satisfacción por la vida.
Pese a que esta adicción se atribuye a individuos introvertidos (que buscan en lo virtual formas de interacción no practicadas en escenarios reales), los extrovertidos también las emplean como una manera de ganar reconocimiento y exhibirse, aseveró.




