Andrés Lillini había devuelto a Pumas la magia que había perdido en los últimos años, pero con todo y refuerzos, en el momento presente, no logró pasar ni al Repechaje en el Apertura 2022.
Lillini venía de las Fuerzas Básicas. La directiva le dio la oportunidad de iniciar como interino en el Apertura 2020 y tras los buenos resultados, lo ratificó para que se quedara al mando del equipo. Pero éstos no duraron mucho, así que la salida era inminente. De lo que más le dolió al técnico, comentó en su cierre, fue el no conseguir un título luego de estar en dos Finales y dos Semifinales con los universitarios.
Después de la derrota en la última jornada en casa de FC Juárez, Lillini declaró: "Soy el primero que no asimila las derrotas, tengo graves problemas con esas cosas, pero por supuesto que a la afición hay que darle la cara, son lo que acompañan, están, nunca abandonan. Soy un hombre bastante terco y duro de convencer ante la derrota y poder revertirla". Sin embargo, terminó su oportunidad, ya oficialmente está fuera de la institución.
Los resultados son los que mandan en muchas áreas de nuestra vida, es así de claro y contundente. Si no das los resultados, te vas. Cada quien es responsable de asumir las decisiones sobre en qué Ligas de la vida quiere jugar.
Deporte, estudios, negocios, proyectos sociales, gobierno. Pero en todas, lograr los resultados es fundamental para mantener el liderazgo en un equipo. ¿Pero qué pasa si no me puedo ir? ¿Si yo soy la directiva, el técnico y el equipo? No me puedo correr a mí mismo y traer a alguien más. Tengo que hacerme responsable de todo mi proyecto de vida y de los cambios inherentes que en mi persona tengo que hacer.
Quien tenga una mentalidad mediocre intentará evadir el juego de la vida y buscar una fórmula alternativa, explicando que no quiere competir, que no quiere dar resultados, que no necesita demostrar nada.
Sin embargo, en cualquier cosa que elijas hacer serán necesarios los resultados. Esa es la ley de la vida, la sobrevivencia del más fuerte. En este caso, no hablo ni remotamente de ser el número uno, pero sí de que los resultados deben darse en cualquier contexto.
Una persona con una mentalidad ganadora, como considero la de Lillini, volteará a ver en qué tiene que cambiar, qué nueva estrategia requerirá y aprovechará su terquedad y la no aceptación de la derrota como motores fundamentales del éxito.
Otra alternativa es buscar apoyo, ya lo hemos dicho antes, mentores, psicólogos, conseguir un equipo distinto que nos acompañe, estudiar, buscar mejores prácticas, pero no podemos ceder ante la derrota.
Estimados lectores y lectoras, la competencia es parte de la vida. Las personas que fracasan constantemente sufren mucho porque no disfrutan de los enormes beneficios de cosechar algo de éxito. Desarrollemos un espíritu ganador, basado en exigirnos constantemente y dar lo mejor de nosotros.
Especialmente, los jóvenes que apenas inician a formar su proyecto de vida. Acordémonos que no podemos correr al único director técnico responsable de nuestras vidas. Somos nosotros mismos.




