Este sábado por la noche, la Selección Mexicana Femenil de Flag Football volvió a escribir su propia historia de éxito. Derrotaron en la Final de los World Games en China a los Estados Unidos 26-21 en un dramático cierre. Este triunfo les otorga el título de Bicampeonas mundiales.
Demostraron confianza, temple y certeza. El partido dio varias vueltas y en la última jugada del partido, con tan solo 3 segundos, lograron la ansiada anotación final que les otorgó el triunfo. Me atrevo a llamar a este éxito: una victoria psicológica.
Cuando se ve jugar a un equipo representativo como este lo hizo, vale la pena aprenderles y destacar las cualidades, en este caso mentales, que contribuyeron con el éxito logrado.
Fortaleza mental colectiva. Ganar en la última jugada de un partido decisivo no solo habla de técnica y estrategia, sino fundamentalmente de la entereza psicológica de sus integrantes para hacer lo correcto en el juego.
Templanza. Es la habilidad de manejar emociones intensas, como el miedo, la euforia o la frustración. La templanza no significa frialdad, sino equilibrio para jugar con pasión, pero con mente clara. El control emocional es lo que les permitió evitar que la presión del marcador y el peso del contrincante las doblegara en una final.
Capacidad para manejar la presión. En este tipo de partidos, es fácil que la ansiedad genere un bajo desempeño o la pérdida de la claridad mental. Sin embargo, nuestra Selección supo sostener el enfoque en lo esencial, ejecutar la última jugada con precisión manteniendo siempre el foco en la táctica planeada.
Mentalidad compartida de resiliencia. Es la capacidad de un equipo para recuperarse rápidamente de la adversidad, ya sea un error o presión extrema y volver a competir con su mejor versión. La victoria en la última jugada no es azar, sino el fruto de cultivar una cultura en donde cada integrante sabe que el partido se juega hasta el último segundo, y que, mantener la serenidad es la cualidad más poderosa contra la presión externa.
Estimados lectores y lectoras: Los invito a seguir este deporte y a nuestra Selección Mexicana de grandes jugadoras. Aprendamos de ellas la convicción y la certeza de que cada entrenamiento y cada sacrificio previo las prepararon para ese instante. No permitieron que las dudas se instalaran y pudieron actuar con seguridad.
Este bicampeonato no es un título más, es la prueba de que la fortaleza mental colectiva es un absoluto factor de decisión. México ganó porque nunca dejó de creer y porque en la jugada final, eligió la calma en lugar del miedo. Esta es la esencia de las verdaderas campeonas. Enhorabuena por este fantástico equipo de mexicanas.
“Revitalízate, vuelve a la esencia de lo que te da el éxito”




