Bruna Vilamala: Cuando el cambio es el camino

María del Mar Salinas

Con más de 20 años de experiencia en comunicación estratégica, actualmente se desempeña como coach ejecutivo y de vida, abordando cada situación con empatía y desde diferentes perspectivas.

Bruna Vilamala: Cuando el cambio es el camino
Bruna Vilamala: Cuando el cambio es el camino | @AmericaFemenil

María del Mar Salinas

Con más de 20 años de experiencia en comunicación estratégica, actualmente se desempeña como coach ejecutivo y de vida, abordando cada situación con empatía y desde diferentes perspectivas.

Con solo 11 años Bruna Vilamala vistió, por primera vez, la playera blaugrana del Barcelona, desde entonces, su historia ha ido casi en línea recta. Toda su formación ha sido en ese único club que hoy es referencia mundial del fútbol femenil. Salvo por un préstamo al Brighton en el 2023, toda su vida profesional ha sido bajo una misma estructura. 

 

Hoy, a los 22 años, comienza una nueva etapa tanto para ella como refuerzo estelar del Club América, como para la Liga mexicana; es una oportunidad de desarrollo mutuo.

 

Vilamala, llega a México desde la cima del éxito, pero también de la resiliencia, tras haber superado dos lesiones de ligamento cruzado, uno en cada rodilla. Para cualquier deportista, una sola puede cambiar el rumbo; dos exigen una fortaleza emocional profunda, un trabajo interno constante y un compromiso con el cuerpo y el alma.

 

Cada proceso de rehabilitación es un viaje hacia la propia identidad: ¿Quién soy cuando no puedo jugar? ¿Quién soy fuera del equipo? Una etapa que no es fácil si no se tiene el apoyo adecuado “Sin la ayuda de mi familia… quizás no habría tenido fuerzas… La ayuda psicológica de profesionales es imprescindible… No me cuesta pedir ayuda.”

 

Sin duda estos procesos la ayudarán con su cambio y veremos si su capacidad de adaptación es tan poderosa como su juego, porque cambiar de equipo siempre implica tener que adaptarse, pero cambiar de continente, de cultura futbolística, de entorno cotidiano y social, es dar un salto al vacío con los ojos abiertos. México y España comparten idioma, pero no costumbres, contextos, ritmo de vida, prensa, afición, dinámicas internas del vestidor... todo cambia.

 

Este cambio le exigirá a Bruna un coeficiente de adaptabilidad alto: emocional, social y deportivo; una mezcla de apertura, humildad, tolerancia a la frustración y aprendizaje activo. 

 

Comparado con España, donde el Barça ha revolucionado el fútbol femenino desde la base, México está aún en una fase de crecimiento estructural y lejos de la madurez que tiene Europa.

 

La llegada de Bruna a las Águilas es una declaración del club de lo que quiere para este torneo y para su propia historia, pero también es una señal de evolución para toda la Liga. 

 

Y Bruna representa esa evolución, de quienes después de una vida entera en un solo lugar, eligen lo desconocido como camino de expansión. De quienes se han caído, se han roto, se han reparado, y aún tienen el coraje de volver a creer.



Su historia es un ejemplo claro de resiliencia sistémica: cuando un ser humano atraviesa una crisis profunda (como una lesión que lo aleja de su propósito), la recuperación no es lineal ni individual, se requiere sostén, autoconocimiento, humildad, y, sobre todo, la decisión consciente de volver a empezar, incluso cuando todo cambia.

 

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