De promesa a líder: la lección que Yamal aún debe aprender

María del Mar Salinas

Con más de 20 años de experiencia en comunicación estratégica, actualmente se desempeña como coach ejecutivo y de vida, abordando cada situación con empatía y desde diferentes perspectivas.

De promesa a líder: la lección que Yamal aún debe aprender
De promesa a líder: la lección que Yamal aún debe aprender | RÉCORD

María del Mar Salinas

Con más de 20 años de experiencia en comunicación estratégica, actualmente se desempeña como coach ejecutivo y de vida, abordando cada situación con empatía y desde diferentes perspectivas.

Desde los siete años Yamal ya portaba la camiseta azulgrana y, ocho años después, se convertiría en uno de los jugadores más jóvenes en debutar con el primer equipo del Barça. Hoy, con tan solo 18 años, la promesa ya es superestrella de su club, de la selección española y del futbol mundial. Pero cuando ni el cuerpo ni el cerebro han llegado a su máximo desarrollo, y los flashes, el dinero y las fiestas deslumbran a la juventud, ¿qué se necesita para que ese gran talento llegue a ser un gran líder sin perderse en el camino? – Humildad.

Entendamos la humildad no como ocultar el talento o el orgullo propio por lo logrado. Humildad es reconocer todas las fuentes del éxito: el pasado, de dónde venimos, la familia, los entrenadores, la institución. Humildad es saber pedir ayuda, aceptar las fallas, responsabilizarnos de los errores, aceptar el feedback y ser consistentes en el trato con los demás.

Para un joven futbolista cuya carrera está subiendo como la espuma, es necesario un ancla que evite que su identidad dependa de los aplausos y del reconocimiento. Esa ancla es la humildad. A su corta edad, el mediocampista está valorado en aproximadamente 200 millones de euros; su contrato con el FC Barcelona es hasta 2031, ha sido dos veces ganador del Trofeo Kopa y, en la más reciente votación del Balón de Oro 2025, quedó en segundo lugar detrás de Ousmane Dembélé. Y, a pesar de que su nombre está en todos los medios, también lo está por actitudes arrogantes que terminan por cuestionar su madurez.

Hoy más que nunca Yamal requiere ese anclaje para llegar a ser un verdadero líder y un modelo a seguir; necesita trabajar desde una perspectiva integral. Comenzando por el autoconocimiento emocional: saber lo que le duele, encontrar patrones de comportamiento y reconocer sus limitaciones.

Manejo del entorno social: su conducta y disciplina fuera de las canchas. Asumir la responsabilidad frente a la familia, la afición y el club: reconocer los valores compartidos y tener empatía con quienes lo ayudaron en el camino. Y, por último, contar con una estructura de apoyo profesional con mentores, psicólogo deportivo y un equipo de comunicación que lo guíe y priorice la coherencia entre imagen y conducta.

Un liderazgo sostenible se construye y necesita trabajo en todo lo anteriormente mencionado. Si permite que los reflectores lo eleven del suelo, no solo pierde él, pierde el club y pierde el futbol. Lamine Yamal tiene el talento, la técnica, los resultados y la infraestructura; lo único que debe nutrir es el trabajo interior para llegar a ser ese gran líder y dejar su legado.