En la primera aplicación conjunta en línea del examen de ingreso a bachillerato para la UNAM y el IPN, 19 aspirantes fueron descubiertos tratando de hacer trampa con ayuda de inteligencia artificial, cámaras y dispositivos móviles. La detección fue realizada por los sistemas de monitoreo, activando medidas inmediatas que cancelaron su participación.

El examen, aplicado el 14 de junio, contó con 39 266 aspirantes (99.3% de asistencia), de los cuales solo 0.03% (19) fueron sancionados por intentar vulnerar el sistema, informó Excélsior.
Algunos estudiantes fotografiaron la pantalla, usaron celulares fuera del rango de la cámara, y otros incluso intentaron consultar ChatGPT o realizar búsquedas en Google. Sin embargo, los sistemas detectaron estas actividades y cancelaron sus pruebas.

Fuentes señalan que estos casos generan un debate:
"Los estudiantes más tecnológicos encontraron los puntos ciegos. Mientras una mano fingía escribir, con la otra manipulaban un celular. Así accedían a ChatGPT o Google y resolvían el examen”, relató una entrevistada a Excélsior, quien también cuestionó la desigualdad de este tipo de vigilancia: “Aquí no se está premiando el conocimiento, sino la habilidad para hacer trampa. ¿Dónde queda la igualdad? Los que tienen tecnología, saben cómo funciona una IA y cómo hackearla, tienen ventaja. Los demás quedan fuera, aunque estudien”.
Esto evidencia una brecha tecnológica entre aspirantes con mayor acceso a dispositivos.
Aunque en redes circularon versiones del examen, estas correspondían a simulacros o exámenes anteiores. Los reactivos expuestos fueron desactivados para evitar ventajas ilícitas.
La vigilancia incluyó cámaras que enfocaban rostro y manos, además de control por IP que identificaba el lugar, conexión (hogar, café internet). No hubo cancelaciones por ruidos o distracciones externas, únicamente por intentos deliberados de hacer trampa.

El incidente en el examen UNAM‑IPN reaviva una discusión clave: ¿la inteligencia artificial y las cámaras garantizan el mérito auténtico, o favorecen a quienes dominan la tecnología? El reto ahora es asegurar que la vigilancia no deje atrás a quienes sí confían en sus conocimientos.