Un brote de sarampión en Texas ha encendido las alarmas sanitarias en México. Con más de 250 casos confirmados y dos muertes en Estados Unidos, las autoridades mexicanas han detectado 43 contagios relacionados, principalmente en el estado de Chihuahua. La mayoría de los afectados son niños entre cinco y nueve años, y ninguno había recibido la vacuna.

Del total de contagios, 39 casos se concentran en Chihuahua, todos vinculados con importaciones del virus desde Estados Unidos. Oaxaca también reportó un caso relacionado con un viaje a Laos, en Asia. El secretario de Salud, David Kershenobich, confirmó que México cuenta con dosis suficientes y reiteró el llamado a completar esquemas de vacunación, especialmente en menores, adolescentes y adultos jóvenes.
Preocupación global por caída en la vacunación
Aunque México no registra casos autóctonos desde 1996, la propagación internacional preocupa. La Organización Mundial de la Salud ha advertido sobre un aumento de enfermedades prevenibles, como meningitis y fiebre amarilla, debido al descenso en las tasas de inmunización. En EE.UU., la cobertura entre preescolares cayó al 92.7%, por debajo del umbral del 95% necesario para la inmunidad colectiva.

Desinformación y recortes, un cóctel riesgoso
La baja en la vacunación se atribuye también a la desinformación propagada por movimientos antivacunas. Organismos como la ONU, Unicef y Gavi advierten que los recortes presupuestales y la desconfianza en las vacunas podrían provocar rebrotes graves, sobre todo en países en desarrollo.

Llamado urgente a completar esquemas de vacunación
El gobierno mexicano ha emitido avisos epidemiológicos y reforzado el monitoreo sanitario, en coordinación con expertos. La recomendación general es clara: acudir al centro de salud y recibir las dosis necesarias, en especial los menores y el personal que tiene contacto con personas contagiadas. La vacunación sigue siendo la principal barrera frente a enfermedades altamente contagiosas como el sarampión.




