Cada año, entre mayo y junio, en México se celebra el Jueves de Corpus Christi, una fecha religiosa que honra la presencia de Cristo en la Eucaristía, pero que en el imaginario popular es mejor conocida como el Día de las Mulas. Esta singular combinación de devoción católica y tradición mexicana ha dejado huella en mercados, templos y plazas de varias regiones del país.

En el plano religioso, el Jueves de Corpus es una de las festividades más importantes del calendario litúrgico. Se celebra 60 días después del Domingo de Resurrección, y durante ese día se realiza una misa solemne y procesiones donde se expone el Santísimo Sacramento en las calles, muchas veces acompañado por niños vestidos de blanco o con trajes típicos.
Sin embargo, lo que ha mantenido viva la celebración en el ámbito popular es la costumbre de comprar y regalar figuritas de mulas, elaboradas en cartón, barro o dulce. En lugares como Oaxaca, Puebla o algunas zonas de la CDMX, es común encontrar estas figuras en los mercados, adornadas con listones o flores.
Esta celebración se realiza 60 días después del Domingo de Resurrección/Pixabay
¿Por qué Día de las Mulas?
El origen del apodo “Día de las Mulas” tiene varias versiones. Una de las más aceptadas es que hace siglos, campesinos llegaban montados en mulas cargadas de mercancía para participar en la misa y vender productos, lo que dio nombre a la festividad. Otra explicación más crítica proviene del dicho popular: “Eres como las mulas de Corpus, solo vienes una vez al año”, en referencia a quienes no son practicantes habituales.

En la actualidad, además de la misa, es común que las familias realicen comidas tradicionales, que se instalen ferias y que los niños participen en actividades escolares o comunitarias relacionadas con la fecha.
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