España vivió momentos de alta tensión en los Cuartos de Final del Campeonato Europeo Sub‑21 de Eslovaquia, cuando el VAR detuvo una decisión correcta. Al minuto 3', el árbitro italiano Simone Sozza concedió un penalti a España por mano clara de Cresswell, ajustándose al criterio de que “ya no exime de sancionar una mano que esté apuntando hacia abajo”; sin embargo, tras la revisión en pantalla, Sozza reculó, dejando en jaque la aplicación unificada de las reglas de mano, como había indicado la UEFA previamente.

Confusión y desconcierto tras el fallo
El partido arrancó con máxima expectación cuando apenas en el inicio, Sozza señaló el penal a favor de España por una mano de Cresswell dentro del área. Esta decisión estaba alineada con una directriz que la UEFA había enviado al inicio de la temporada insistiendo en sancionar cualquier mano con brazo bajo, incluso si el contacto fuera accidental; no obstante, en una jugada inesperada, Sozza revisó la acción en el monitor VAR y finalmente revocó la pena máxima.
La polémica se generó de inmediato, pues las imágenes mostraban claramente una mano separada del cuerpo que bloqueó el disparo de Javi Guerra, y la UEFA había ratificado en casos previos (como el choque de Cucurella en la Eurocopa) que acciones similares deberían ser sancionadas. Esta inconsistencia generó malestar entre los jugadores, el cuerpo técnico y diversos analistas.

UEFA bajo presión
La decisión de revertir el penal puso en el ojo del huracán las directrices y la transparencia de la UEFA. Cristalizando la incoherencia, en otros torneos recientes se habían aplicado con claridad las reglas que ahora fueron ignoradas . Ante la polémica, gran parte de la comunidad deportiva espera una justificación oficial por parte del organismo rector del futbol europeo.
El medio Marca citó el desconcierto de jugadores españoles como Beñat Turrientes: “Un día dicen una cosa, al siguiente día dicen otra… si la ha visto en el VAR ahora será que no ha sido” . Este tipo de declaraciones reflejan la urgencia de establecer una interpretación uniforme de las reglas para evitar decisiones arbitrarias que alteren partidos de forma polémica.

Este fallo no solo marcó el desarrollo inmediato del encuentro, a su vez, España cayó eliminada, y también encendió el debate sobre la consistencia del VAR y la aplicación del reglamento de manos en los torneos de élite. La UEFA ahora enfrenta un desafío: reforzar la confianza en su protocolo arbitral o arriesgarse a más desautorizaciones.
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