El regreso de los Washington Commanders al histórico Estadio RFK está cada vez más cerca de convertirse en realidad. Este miércoles, el Consejo del Distrito de Columbia aprobó la legislación que permite el cambio de sede, lo que representa un paso clave para que el equipo de la NFL vuelva al lugar donde vivió sus años más gloriosos.
El proyecto de ley fue aprobado con 11 votos a favor y 2 en contra, y ahora será enviado a la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, quien previamente había negociado el plan con el propietario de los Commanders, Josh Harris, en abril pasado.

Una inversión histórica para Washington
De acuerdo con lo aprobado, los Commanders contribuirán con 2 mil 700 millones de dólares, mientras que la ciudad de Washington invertirá alrededor de mil 100 millones de dólares para el desarrollo integral del terreno ubicado a orillas del río Anacostia.
El plan contempla la construcción de un nuevo estadio moderno, además de viviendas, espacios verdes y un complejo deportivo que beneficiará a la comunidad capitalina.

El regreso a la antigua casa
Actualmente, los Commanders juegan en el Northwest Stadium de Landover, Maryland, pero la meta es inaugurar el nuevo estadio en 2030, justo en el mismo sitio donde se encontraba el RFK Stadium, que fue casa del equipo entre 1961 y 1996.
Durante ese periodo, el conjunto de Washington disputó 36 temporadas en dicho recinto, logrando tres Super Bowls en las décadas de los 80 y 90, convirtiéndolo en un lugar emblemático para la franquicia y sus aficionados.
Tras la salida de los Commanders, el Estadio RFK fue utilizado por diferentes equipos profesionales, incluidos los Washington Nationals de la MLB y el DC United de la MLS, albergando un total de 10 franquicias distintas a lo largo de su historia.





