Vucetich quemó todo

Mientras Aguirre se reencuentra con su lugar en el mundo, que parece ser equipos necesitados en España, Rayados parece que terminó con su duelo particular y ahora respira mucho más tranquilo con Vucetich.

Monterrey a cuatro fechas de culminar la etapa regular ya duerme en zona de calificación directa y eso es lo mínimo que le corresponde a un club con semejante inversión a cuestas.

Digamos que las noticias alrededor de este cuadro regio, así como el de sus vecinos de San Nicolás, sólo pueden ser novedades si andan mal, porque caminar en los primeros lugares es una obligación diseñada cada semestre desde la cartera de la dirigencia y a nadie debería sorprender.

El equipo de Víctor Manuel, dejó ardiendo a Leaño y sus amistades dirigenciales dentro de un Guadalajara que cada día no solo deja dudas, sino que también rubor. Peláez desde hace rato va contra su propia naturaleza y sigue órdenes, viviendo con poca opinión en una institución que se derrumba por el presupuesto y el ‘amiguismo’.

Si los entrenadores por labia y optimismo manejarán su carrera, Leaño tendría todo con lo que sueña, pero la realidad es que estaba en un lugar que jamás se ganó con blasones deportivos y pudiendo ser un muy buen ayudante de campo, es decir auxiliar técnico, desde lo más alto de esta cada día más golpeada organización se insistió en mantenerlo sin ningún tipo de argumento futbolístico solvente.

Chivas, el club, ya se acostumbró a convivir con el fracaso y sus parámetros o estándares de calidad no van ni cerca con los que alguna vez pregonaron sus voces más recalcitrantes a los cuatro vientos.

Chivas, el equipo, le queda ya muy chico a su afición, una pena, pero no hay más ciego que el que no quiere ver.

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