El fuerte oleaje generado por el fenómeno de mar de fondo impactó de nuevo a Acapulco, derribando al menos cinco restaurantes y tres locales turísticos en la exclusiva Zona Diamante, lo que evidencia nuevas afectaciones a la infraestructura turística de la ciudad.
Acapulco, otro golpe del mar de fondo en la Zona Diamante
Este sábado, un nuevo embate del mar de fondo en la costa de Acapulco azotó la zona de Playa Revolcadero, provocando el colapso de cinco restaurantes, entre ellos Chirris, Costa Brava, Playa Revolcadero y una cevichería, así como tres locales del área de artesanías junto al hotel Princess.
El oleaje intenso agravó los socavones existentes desde el paso del huracán John, debilitando los cimientos y arrasando con la infraestructura de los establecimientos, que quedaron expuestos y en riesgo tras el embate del mar.
Propietarios como Armando Ramírez, del restaurante Costa Brava, narraron cómo el mar “arrasó con toda la infraestructura de su negocio”, mientras intentaban resguardar lo poco que quedó antes de que las olas lo arrastraran.

La repetición de un problema estructural en Acapulco
Este nuevo episodio no es aislado. Desde mayo se han reportado daños significativos: a finales de mes, al menos 12 restaurantes en la misma zona ya habían registrado afectaciones parciales por el oleaje.
En Playa Bonfil, la situación es similar: en la primera semana de junio, cinco restaurantes colapsaron tras ser socavados por corrientes marinas persistentes, que también borraron tramos de arena.
Adicionalmente, los efectos de la tormenta tropical Dalila provocaron inundaciones en fraccionamientos como Misión de Mar y Llano Largo, agravando los daños en Acapulco.
Inundaciones en el fraccionamiento Misión del Mar por la fuerza de la tormenta Tropical *Dalila" en el puerto de #Acapulco.
Fotos Raúl Sendic García Estrada. pic.twitter.com/vG1MlyIQ1h— Agencia de Noticias Guerrero (@ANoticiasGro) June 14, 2025
Un nuevo llamado a la acción y prevención
Ante esta situación, la Capitanía de Puerto y Protección Civil han insistido en extremar precauciones, especialmente evitando actividades en playa y reforzando estructuras costeras. Sin embargo, la respuesta oficial aún no ha logrado contener el avance erosivo.
Mientras tanto, los restauranteros enfrentan no solo pérdidas materiales, sino también una caída en turistas, similar al impacto observado en hoteles, lo que pone en evidencia una vez más la vulnerabilidad estructural del sector turístico en Acapulco.

En una ciudad cuyo sustento económico depende en gran medida del turismo de sol y playa, estas afectaciones recurrentes golpean directamente a la industria y a las comunidades costeras. Para evitar que los daños se repitan, urge una estrategia integral que combine refuerzos estructurales, monitoreo constante y acciones de protección ante fenómenos naturales que ya no son excepcionales, sino parte de una realidad climática cada vez más intensa.
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