En los últimos meses, exponentes del regional mexicano y de los llamados corridos tumbados han sido blanco de amenazas atribuidas al crimen organizado. Entre los músicos mencionados se encuentran Junior H, Natanael Cano y Peso Pluma, tres de las figuras más representativas del género.

En Sonora, aparecieron narcomantas en las que un grupo identificado como Los Matasalas exigía a algunos intérpretes dejar de “apoyar económicamente” a la facción rival conocida como Los Salazar. Tras ello, la Fiscalía estatal activó medidas de protección para Natanael Cano y otros artistas señalados.
En el caso de Junior H, las amenazas se hicieron visibles en Tijuana, a través de mensajes atribuidos al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), donde se le advertía suspender una presentación programada para noviembre.

Peso Pluma ha enfrentado situaciones similares en distintos estados del país, lo que incluso ha derivado en la cancelación de algunos de sus conciertos.
Las autoridades han reconocido la gravedad de estos mensajes y mantienen abiertas diversas investigaciones. Aunque no se ha confirmado que las letras de los corridos sean la causa directa de estas amenazas, el tema ha generado un debate público sobre la relación entre la música y el crimen organizado.





