Gritos de "¡Está cálido!" resonaron a lo largo del Sena el sábado por la mañana mientras los parisinos se lanzaban al río —legalmente— por primera vez en más de 100 años.

Las autoridades permitieron la natación pública en áreas designadas del Sena, incluyendo dos plataformas de madera recién construidas cerca de la Torre Eiffel y la Isla de San Luis, en la zona centro de París. Antes del amanecer, un agente municipal retiró los últimos parches de algas con una red de pesca. Poco después, se formó una fila de parisinos ansiosos, toallas en mano, esperando su oportunidad para saltar.

Exclamaciones y gritos de alegría resonaron a lo largo de las orillas del río cuando los primeros nadadores entraron en el agua verde esmeralda.
Cada nadador llevaba un salvavidas amarillo brillante atado a la cintura, parte de estrictas medidas de seguridad impuestas por una docena de socorristas con chalecos de alta visibilidad. La corriente era débil, lo suficiente como para tirar suavemente de sus extremidades, un recordatorio de que este sigue siendo un río urbano y vivo.
El Río Sena ya está limpio
El regreso a la natación sigue a un proyecto de limpieza de 1.400 millones de euros (1.500 millones de dólares) vinculado a los Juegos Olímpicos del año pasado. Las autoridades ahora aseguran que el Sena cumple con los estándares de calidad del agua europeos la mayoría de los días. La alcaldesa Anne Hidalgo, quien ya se había dado un chapuzón el año pasado, estuvo allí el sábado por la mañana, sosteniendo una botella transparente llena de agua del río como muestra de confianza. Las autoridades ambientales confirmaron que los niveles de bacterias estaban muy por debajo de los umbrales oficiales.

Nadar en el Sena había sido ilegal desde 1923, con algunas excepciones, debido a la contaminación y los riesgos que plantea la navegación fluvial. Darse un chapuzón fuera de las áreas de baño sigue estando prohibido por razones de seguridad.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Inundaciones en Texas: Cifra de muertos aumenta a casi 70