Según la Ley Federal del Trabajo (LFT), un despido durante una incapacidad médica no es justificable. La incapacidad temporal no rompe ni suspende la relación laboral: el contrato permanece vigente aunque el trabajador no esté activo físicamente.

Por ello, despedir a un empleado en esta situación se considera despido injustificado, lo que faculta al trabajador a acudir ante la Junta de Conciliación y Arbitraje (o tribunales laborales) para hacer valer sus derechos.
Derechos del trabajador despedido
Si fuiste separado de tu empleo durante una incapacidad, la LFT establece que tienes derecho a:
Reinstalación en tu puesto, o en su defecto:
Indemnización de tres meses de salario + 20 días por cada año trabajado, además de prestaciones proporcionales.
Pago de salarios vencidos, es decir, el sueldo que dejaste de percibir desde el despido hasta la resolución del juicio.
Continuidad de seguridad social, con derecho a atención médica, subsidios y rehabilitación por parte del IMSS durante el periodo de incapacidad.
Protección contra la discriminación por motivo de salud, amparada por la LFT y la Ley Federal para Prevenir la Discriminación.
En el caso de incapacidad por maternidad, el despido es considerado nulo de pleno derecho y la trabajadora debe ser reinstalada obligatoriamente.

Acciones recomendadas
Si estás en esta situación, es aconsejable:
Guardar todos los comprobantes médicos e incapacidades emitidas, especialmente por el IMSS.
Solicitar asesoría legal gratuita, por ejemplo, ante la PROFEDET (Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo).
Iniciar una demanda por despido injustificado; esto puede resolverse mediante reinstalación o indemnización.
Mantener tu registro activo en el IMSS, para asegurar atención médica continua mientras se tramita el juicio.
Actuar en tiempo: tienes 60 días hábiles desde el despido para presentar tu demanda laboral




