La ejecución del empresario Alberto Prieto Valencia —ocurrida el pasado lunes 29 de diciembre en Zapopan, Jalisco— sacudió al gremio comercial del Mercado de Abastos y destapó una de las líneas de investigación más inquietantes: su posible relación con las llamadas rifas colombianas ilegales, un esquema criminal de extorsión que se ha infiltrado en la economía local.
De acuerdo con el Gobierno de Jalisco, el ataque en el que también murieron su hija de 16 años y uno de sus escoltas fue una “agresión directa” perpetrada por más de 30 hombres armados y al menos siete vehículos, algunos con placas de Michoacán. La emboscada ocurrió entre las colonias Santa Eduwiges y Residencial Victoria, y aunque los escoltas —militares en retiro— intentaron repeler la agresión, no lograron evitar la tragedia.

En respuesta, las autoridades desplegaron un operativo conjunto con Ejército, Guardia Nacional y policías locales, y confirmaron que revisarán diariamente los avances del caso.
Las rifas que no rifan… extorsionan
Una de las principales hipótesis es que Alberto Prieto pudo haber sido víctima de extorsión por parte de redes criminales que operan bajo el disfraz de rifas. El secretario de Gobierno de Jalisco, Salvador Zamora, detalló que “existen varias líneas de investigación en el caso del asesinato de Alberto Prieto y su hija. Una de ellas son las ‘rifas colombianas ilegales’ que se realizan en el Mercado de Abastos”.

Estas rifas funcionan como un mecanismo coercitivo: los locatarios son obligados a comprar boletos —de unos 20 pesos— bajo la amenaza de represalias. Quienes se niegan, enfrentan amenazas, agresiones físicas y hasta el cierre de sus negocios. Los premios prometidos (dinero, electrodomésticos o autos) rara vez se entregan, y sólo de forma simbólica para mantener la farsa.
La recaudación es millonaria y está respaldada por redes criminales transnacionales, principalmente de origen colombiano, en colusión con grupos locales como el Cártel Jalisco Nueva Generación, que ofrecen “protección” a cambio de una parte de las ganancias.

Usura, trata y lavado de dinero
El modelo se conecta con el sistema gota a gota, una modalidad de préstamos con intereses diarios impagables que perpetúan el ciclo de deuda y control. En 2024 se documentó la detención de un líder colombiano acusado de trata, quien obligaba a 18 personas a vender boletos bajo amenaza.
Para la Fiscalía de Jalisco, las rifas colombianas no sólo representan fraude, sino una amenaza a la seguridad económica y personal de comerciantes, al tiempo que fortalecen redes de lavado de dinero.

El asesinato de Alberto Prieto ha encendido las alarmas sobre cómo estos esquemas podrían estar detrás de disputas por el control de plazas económicas, incluso en zonas tan estratégicas como el Mercado de Abastos de Guadalajara.




