La Federación Internacional del Automóvil (FIA) se encuentra en vísperas de unas elecciones históricas. Por primera vez en sus más de 120 años de existencia, una mujer presentó su candidatura al cargo más alto del organismo. Se trata de Laura Villars, piloto suiza de 28 años, quien competirá contra el actual presidente Mohammed Ben Sulayem y el británico Tim Mayer en la elección que se celebrará el próximo 12 de diciembre en Taskent, Uzbekistán.
El anuncio marca un momento de cambio dentro del automovilismo internacional, un deporte que ha sido históricamente dominado por perfiles masculinos tanto en las pistas como en los despachos. Villars busca abrir la puerta a un nuevo modelo de gobernanza que combine democracia, inclusión y sostenibilidad, con el objetivo de acercar a más jóvenes y mujeres al mundo motor.
En la presentación de su candidatura, Villars fue clara en su mensaje: “Mi ambición es una gobernanza más democrática, más transparente, más responsable, abierta a las mujeres y a las nuevas generaciones. Estoy convencida de que el automovilismo necesita diversidad e innovación para seguir inspirando en todo el mundo”. Sus palabras no solo subrayan un cambio generacional, sino también un desafío directo al estilo de gestión de Ben Sulayem.

¿Quién es Laura Villars y qué la hace diferente?
Nacida en 1997 en Suiza, Villars combina su trayectoria como piloto profesional con proyectos de emprendimiento vinculados al deporte. Actualmente compite en la Ligier European Series, en la categoría JS P4 con el equipo Virage, y previamente participó en la Ultimate Cup Series F3R, donde logró un quinto lugar en la clasificación general de 2023. También cuenta con experiencia en la F4 UAE y en el Ferrari Challenge Europe, lo que la convierte en una de las pocas aspirantes a la presidencia de la FIA con experiencia directa en pista.
Más allá de sus resultados deportivos, Villars se define como una líder independiente y moderna. Su perfil discreto contrasta con la ambición de su proyecto: consolidar el programa Women in Motorsport, reforzar la transparencia institucional y lanzar una Academia de Jóvenes Líderes FIA para preparar a futuras generaciones en gestión, movilidad y seguridad vial.
El componente simbólico de su candidatura es innegable. Ser la primera mujer en aspirar al máximo cargo de la FIA no solo amplía las expectativas de participación, sino que también pone en la mesa un debate sobre el futuro del automovilismo en un mundo que avanza hacia la transición energética y la inclusión social.

Una contienda con tres visiones distintas
En las elecciones de diciembre, Villars tendrá que medirse ante dos rivales con peso dentro de la FIA. Por un lado, Mohammed Ben Sulayem, de 63 años, buscará la reelección tras un primer mandato en el que impulsó iniciativas de sostenibilidad, pero que también fue señalado por decisiones controversiales en torno a la Fórmula 1. Por otro, Tim Mayer, de 59 años, excomisario de la FIA nacido en el Reino Unido, se presenta como un opositor con larga experiencia en labores regulatorias.
La irrupción de Villars representa un desafío no solo electoral, sino cultural. Su proyecto introduce la idea de un sello FIA Eco-Performance, destinado a reconocer proyectos sostenibles, y una mayor consulta con los clubes afiliados mediante un modelo participativo. La inclusión de la diversidad como eje central rompe con la tradición de la federación y podría redefinir su papel a nivel global.
El 12 de diciembre no solo estará en juego la continuidad o el cambio de liderazgo, sino también la posibilidad de que la FIA sea presidida, por primera vez, por una mujer. Una candidata joven, con experiencia en las pistas y un discurso que apunta a democratizar y modernizar el futuro del automovilismo.





