El dueño y gerente general de los Dallas Cowboys, Jerry Jones, volvió a dejar claro que las decisiones que toma al frente de la franquicia no siempre serán populares, pero sí calculadas. Tras concretar el sorpresivo trade de Micah Parsons, Jones explicó por qué decidió dar un giro tan radical en la plantilla, aun cuando se trata de uno de los jugadores más determinantes de la NFL en los últimos años.

“Si alguien no cree que esto es arriesgarse, no sé cómo es arriesgarse”, declaró el propietario. “Tomas decisiones como esta y las consecuencias, por lo general, traen este tipo de críticas o este tipo de impacto. No estás jugando naipes, realmente no lo estás si asumes riesgos”.
Jones reconoció que entiende el descontento de muchos aficionados, pero aseguró que su apuesta busca un beneficio mayor pensando tanto en el presente como en el futuro de la organización:
“Recuerden que no se puede tener todo. No hay margen para tenerlo todo. Así que, viendo cómo esto nos conviene más en los próximos tres o cuatro años, y también este año, ahí es donde Kenny Clark es tan importante”.

El movimiento, que envió a Parsons fuera de Dallas a cambio de una pieza clave para reforzar la defensiva interior con Kenny Clark, representa uno de los trades más discutidos en la era reciente de la NFL.
Consciente de la magnitud de su decisión, Jones cerró señalando que no habría negociado si no creyera tener un jugador de impacto inmediato en retorno:
“No hablaría con nadie que no tuviera un jugador serio listo para jugar con nosotros”.

El tiempo dirá si la apuesta del dueño de los Cowboys fortalece al equipo en su camino hacia la búsqueda del tan ansiado regreso al Super Bowl, o si se recordará como uno de los movimientos más polémicos de su gestión.




