El Giro de Italia rendirá homenaje al difunto Papa Francisco al pasar por los jardines del Vaticano detrás de la Basílica de San Pedro y frente al hotel Santa Marta —donde vivía Francisco— durante la etapa final de la carrera ciclista el 1 de junio.
Más de 150 ciclistas pedalearán durante tres kilómetros (casi dos millas) a través de un área del Vaticano rara vez vista por el público en general, y las imágenes en vivo de televisión transmitirán las escenas alrededor del mundo.
“La idea original era que Francisco señalara el inicio de la última etapa para promover el Vaticano y la Ciudad Eterna en el Año Santo 2025”, declaró a The Associated Press el director del Giro, Mauro Vegni, tras la presentación de la 21ra etapa.
Para junio, debería haber un nuevo papa, con el cónclave para elegir al sucesor de Francisco programado para comenzar el 7 de mayo. El obispo Paul Tighe, el número dos en el ministerio de cultura y educación del Vaticano, señaló que albergar el Giro destaca “que hay un tipo de interés en la Iglesia en todo el deporte”.
Los ciclistas entrarán al Vaticano por la Puerta del Petriano a la izquierda de San Pedro, rodearán la basílica y luego subirán hacia los jardines antes de salir cerca de Santa Marta por la Puerta del Perugino.
El paso por el Vaticano será durante el período neutralizado antes de la etapa. El inicio oficial comenzará después de que los ciclistas salgan por la estrecha Puerta del Perugino. El inicio oficial no puede tener lugar dentro del Vaticano porque aumentaría la probabilidad de accidentes.
Mientras que 184 ciclistas divididos en 23 equipos de ocho corredores cada uno comenzarán el Giro el 9 de mayo —con las tres primeras etapas celebradas en Albania por primera vez—, probablemente habrá de 20 a 30 corredores que no llegarán a la etapa final.
El Giro ha estado en el Vaticano antes
En 1974, el Giro comenzó en el Vaticano y en el Año Santo 2000, el prólogo de apertura terminó en la Plaza de San Pedro. La carrera también ha pasado por San Pedro en múltiples ocasiones, incluidas los últimos dos años.
Pero nunca antes la carrera había llegado tan lejos dentro de la Ciudad del Vaticano como lo hará este año, lo que ha requerido negociaciones extraordinarias entre los organizadores de la carrera y la Santa Sede.
