El 2025 quedará marcado como uno de los años más sólidos para el deporte femenil mexicano. No fue un golpe de suerte ni un momento aislado, fue la confirmación de un proceso que empieza a dar resultados en distintas disciplinas, con audiencias récord, podios internacionales y generaciones jóvenes que ya compiten sin complejos.
El futbol femenil fue uno de los grandes protagonistas. La Selección Mexicana Sub-17 tuvo una actuación destacada en el Mundial Femenil Sub-17, avanzando a instancias decisivas y dejando claro que la cantera empieza a rendir frutos. Más allá del marcador final, esta generación mostró orden, personalidad y una base que apunta a convertirse en el relevo natural del Tri mayor. Varias de sus jugadoras ya comienzan a ser observadas por clubes y cuerpos técnicos pensando en el futuro inmediato.
La Selección Mexicana Mayor, por su parte, vivió un año de transición con participación en torneos internacionales y partidos de alta exigencia, combinando experiencia con nuevas caras. El mensaje fue claro: el proceso continúa y el recambio ya está en marcha.
Ese crecimiento también se reflejó en la Liga MX Femenil, que en el Apertura 2025 rompió récord histórico de audiencia. La final del torneo fue la más vista en la historia de la liga, con más de 40 mil aficionados en el estadio y una transmisión multiplataforma que alcanzó millones de espectadores en México y Estados Unidos. Hoy, la liga no solo compite en la cancha: compite en rating, conversación y atención, consolidándose como una de las ligas femeniles con mayor crecimiento a nivel mundial.
Fuera del futbol, el deporte mexicano siguió sumando hitos. En la Final de la Copa del Mundo de Tiro con Arco 2025, Mariana Bernal y Andrea Maya Becerra firmaron una actuación histórica con oro y plata, dominando una final internacional y confirmando a México como potencia en esta disciplina.
En el diamante, la Selección Mexicana Sub-18 de Softbol logró la medalla de bronce en la Copa Mundial Femenina Sub-18 de la WBSC 2025, celebrada en China, uno de los torneos más exigentes a nivel juvenil. El podio llegó tras una actuación sólida frente a potencias históricas del softbol y confirmó el crecimiento del programa nacional, así como la profundidad de una generación que ya sabe competir en escenarios globales.
El tenis también tuvo su momento. Renata Zarazúa hizo vibrar al público en el US Open, avanzando rondas y devolviendo a México protagonismo en uno de los torneos más exigentes del circuito. Su actuación fue un golpe de confianza para el tenis femenil nacional y una inspiración para las nuevas generaciones.
Mientras todo esto ocurría, otras figuras del deporte continuaron sumando títulos, rankings y presencia internacional, tal es el caso de Yareli Acevedo, quien se coronó campeona mundial en ciclismo de pista, Dafne Juárez y Sabrina Salcedo protagonizaron un histórico doblete para México en pruebas de medio fondo, Laura Burgos llevó al país a lo más alto en competencias internacionales de artes marciales, y Katia Itzel García se consolidó como una de las árbitras mexicanas mejor posicionadas a nivel global. El común denominador fue el mismo: preparación, constancia y un futuro lleno de oportunidades por seguir impulsando.
El 2025 dejó algo claro: cuando hay visibilidad, inversión y continuidad, las mujeres responden con resultados. El deporte femenil mexicano ya no pide espacio: lo está ganando. El reto ahora es sostener el impulso, seguir contando las historias y no bajar la mirada.
¡Abramos cancha!




