El Vaticano vivió algo nunca antes visto: una noche donde el reguetón, el góspel y la música clásica se encontraron en un mismo escenario. El sábado 13 de septiembre, artistas como Karol G, Andrea Bocelli, John Legend, Pharrell Williams, Jennifer Hudson y más, ofrecieron el concierto “Grace for the World” frente a la imponente Basílica de San Pedro.

El evento, gratuito y abierto al público, fue el cierre del Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana y formó parte del Año Jubilar 2025. Más de 80 mil personas presenciaron el espectáculo, transmitido en vivo por internet y televisión, en un despliegue que combinó música, espiritualidad y tecnología.
Desde Karol G hasta Bocelli, todos con un mismo mensaje
Karol G fue una de las más ovacionadas, al interpretar temas como Mientras me curo del cora y un arreglo especial de Ocean, en medio de luces tenues y voces de coristas. Bocelli, por su parte, conmovió al público con Ave Maria y Con te partirò, acompañado por una orquesta en vivo.
John Legend, Pharrell Williams y Jennifer Hudson aportaron la dosis de soul, góspel y energía pop, mientras que el mensaje de fondo era claro: unidad, paz y fraternidad global.

3,000 drones convirtieron Roma en una obra de arte celestial
Cuando la música bajó y las luces se apagaron, el cielo sobre el Vaticano se volvió una pantalla viviente. Más de 3,000 drones sincronizados surcaron el aire proyectando imágenes impresionantes:
- La Virgen María flotando en luz
- Un retrato del papa Francisco
- La escena de La Creación de Adán de Miguel Ángel
- Palomas de la paz, corazones, halos y constelaciones
La producción estuvo a cargo de Nova Sky Stories, y logró lo que pocos eventos pueden: silencio total seguido de ovación multitudinaria. El público quedó impactado. No había fuegos artificiales, pero el cielo brilló como nunca antes en la historia del Vaticano.

Un mensaje global… con reguetón incluido
El evento fue organizado por la Fundación Fratelli Tutti, avalado por el Vaticano y coordinado por Andrea Bocelli y Pharrell Williams como productores ejecutivos. El objetivo fue claro: tender puentes entre culturas, religiones, generaciones y estilos musicales, todo bajo el lema “Gracia para el mundo”.




