En las últimas semanas, el nombre de Chingu Amiga ha generado una fuerte controversia en redes sociales. La influencer coreana, reconocida por su popularidad en plataformas digitales y su peculiar forma de mostrar su vida en México, ha sido blanco de críticas por varios frentes. Aunque algunos la defienden por acercar culturas, cada vez son más quienes cuestionan su verdadera intención al permanecer en el país.
Cancelan a la Chingua Amiga en las redes sociales
El descontento creció luego de que publicara un video en el que “ayuda” a una familia oaxaqueña sin profundizar en la complejidad del fenómeno migratorio. Este contenido fue señalado como insensible, al tratarse de un tema que afecta a miles de personas deportadas desde Estados Unidos. Para muchos, se trató de una estrategia para generar contenido aprovechando el dolor ajeno.
A estas críticas se suman acusaciones más graves, como una supuesta evasión fiscal. Usuarios en redes han denunciado que Sujin Kim (su nombre real), cobra en dólares por sus clases de coreano y que, para evitar obligaciones fiscales, viaja cada seis meses a Corea del Sur y regresa como turista. Ella misma ha expresado públicamente que no quiere pagar impuestos en México, lo que ha causado indignación generalizada.
Es considerada la “gentrificadora número” de México
Además, ha sido calificada como “gentrificadora número uno”, ya que constantemente promueve la idea de que vivir en México es más relajado que en su país natal. Su contenido ha incentivado a otros coreanos a mudarse al país, elevando así el debate sobre su influencia en la transformación de barrios y comunidades.
¿Chingu Amiga se irá de México por las críticas?
Pese a todo, Chingu Amiga rompió el silencio: desmintió categóricamente los rumores sobre su salida de México. Aseguró que no tiene planes de regresar a Corea del Sur y que continuará su vida en el país, feliz por haber alcanzado aquí el reconocimiento que no obtuvo en su tierra. Incluso se refirió con ironía a las acusaciones en su contra, asegurando que seguirá en México como una “evasora fiscal” sin consecuencias.
